jueves, 27 de junio de 2019

Recorrido con el Dr. D. Isidro Aguilera por Moncín y el Mirador de El Buste


         La última excursión organizada por el grupo de personas que, bajo la coordinación de D. Manuel García Cebrián, recorren cada mes los alrededores de nuestra ciudad, contó con un guía excepcional, el Dr. D. Isidro Aguilera Aragón, Director del Museo de Zaragoza y profundo conocedor de la comunidad prehistórica establecida en la Muela Alta de Borja, sobre la que versó su tesis doctoral.




         A todos los participantes se les distribuyó un texto elaborado por el Dr. Aguilera que puede consultarse en este enlace del blog que mantiene D. Manuel García Cebrián que es quien nos ha facilitado la información. Allí encontrarán también una amplia descripción de los aspectos más importantes del recorrido, junto con las fotografías que reproducimos y otras muchas más.




         A lo largo de todo el recorrido y, sobre la base del guion al que hemos hecho referencia, el Dr. Aguilera fue proporcionando numerosas informaciones que los participantes siguieron con gran interés.





         Explicó las razones por las que se establecieron en la zona unos hombres llegados hacia el 2550 a. de C. habitando allí durante unos 1.300 años. Ocuparon cuevas y covachos, entre los que destaca la cueva de Moncín, Patrimonio de la Humanidad, de cuya importancia arqueológica fue descubridor el Dr. Aguilera, el cual ha estudiado las pinturas rupestres encontradas en la misma.




         En su tesis doctoral trata sobre las razones que les llevaron a ocupar estos lugares. Una muy sugerente es que se trataba de gentes de la zona de La Rioja que se vieron obligadas a emigrar, como consecuencia de conflictos bélicos suscitados en su  lugar de procedencia.

         Aquí encontraron factores geográficos y medioambientales muy propicios, sobre todo abundancia de agua, procedente de la lluvia filtrada en la roca caliza hasta alcanzar una capa impermeable de arcillas, por la que sale al exterior dando lugar a las numerosas fuentes de la zona.



         Habló también de lo que cultivaban, de su dieta y de los animales que allí había. Un dato curioso es la abundante presencia de caballos, algo llamativo pues son difíciles de domesticar, lo que puede demostrar que eran expertos en esta técnica y que comerciaban con ellos.
         Los perros jugaban un papel relevante en los ritos funerarios, pues devoraban los cadáveres intencionadamente abandonados a ello, lo cual no significa que carecieran de un sentido trascendente, como lo demuestras sus pinturas. Era un rito que ha podido ser atestiguado por las mordeduras que presentan los restos óseos encontrados.

         Lo que no había era gatos, pues la introducción de estos en la vida doméstica fue una moda importada por los romanos desde Oriente. Se refirió también a los animales salvajes de la zona y a la vegetación, así como a los cultivos que introdujeron, entre ellos los cereales.



         Muy interesantes fueron sus comentarios sobre las personas que integraron la comunidad establecida en la Muela que, en los momentos de mayor auge, no superó el número de 300. Se han documentado restos óseos de 15 individuos, desde una mujer con más de 65 años, hasta niños neonatos. A través de los análisis efectuados ha podido conocerse las enfermedades que padecían y la dieta que ingerían.




         Como es habitual en este tipo de excursiones también se observaron y fotografiaron distintas especies botánicas. En conjunto, resultó una experiencia apasionante por la información recibida y por el conocimiento transmitido por el Dr. Aguilera Aragón sobre esa lejana etapa de la historia de nuestra zona.





         Al final  se reunieron todos en el bar de la plaza del Santuario de Misericordia para comentar las incidencias del paseo y preparar nuevos recorridos, así como otras importantes iniciativas que, protagonizadas por algunos miembros del grupo, van a tener una gran repercusión.

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