Fréscano
es una localidad que posee un rico conjunto patrimonial que, en los últimos
años, ha sido objeto de especial atención por parte de las autoridades locales.
Históricamente fue un señorío secular y ya, en 1162, aparece citado, en la
carta puebla de Vera de Moncayo, “Don Matalon, senior de Frescano”. Especial
relevancia alcanzó con los vizcondes de Evol, durante los siglos XVI y XVII.
Tras la extinción de esta casa se suscitó un largo contencioso entre las de
Híjar y Villahermosa por la sucesión en la baronía de Fréscano. Por sentencia
arbitral de 1686, pasó a los duques de Villahermosa que la retuvieron hasta el
siglo XIX.
Como
en otras localidades de la comarca, la iglesia
parroquial de Nuestra Señora del Pilar, forma un espectacular conjunto con
el palacio contiguo. , como en el caso de Bureta, es un edificio construido en
mampuesto con franjas de ladrillo que tiene planta de cruz latina de cuatro
tramos que se cubre con bóveda de lunetos. En el crucero, cúpula ciega sobre
pechinas sin tambor. Tiene capillas entre los contrafuertes que se abren a la
nave por medio de arcos de medio punto entre pilastras adosadas. No están
comunicadas entre sí. Tiene coro levantado sobre un arco rebajado. A los pies
del templo, en el lado del Evangelio se alza la torre de planta cuadrangular de
las mismas características constructivas que el resto del edificio. Sobre ella
se levantó posteriormente el cuerpo de campanas, de planta octogonal, todo él
de ladrillo. Todo el conjunto de la iglesia puede ser fechado a mediados del
siglo XVII.
El
palacio fue mandado construir, en el siglo XVI, por los vizcondes de Ébol, y
puede ser considerado uno de los más destacados monumentos de la comarca,
siendo, por sus dimensiones y características constructivas, un ejemplo
singular de la primera etapa del Renacimiento en Aragón. A su interés
monumental se une el valor histórico derivado del hecho de que, en este lugar,
se celebraron los esponsales de Juan II de Aragón, el padre de San Francisco de
Borja, que contrajo nuevas nupcias con la hermana de su amigo el vizconde de
Ébol. Por otra parte, en el siglo XVII, el palacio fue escenario de la creación
de una famosa tertulia literaria en la que participaron distinguidos eruditos
de la época, durante la temporada estival.
El
edificio, situado al lado de la iglesia parroquial es de planta rectangular y
con torreones en sus ángulos. Fue construido en ladrillo, a comienzos del siglo
XVI y se conoce que, en algunas de sus fases intervino el alarife mudéjar
borjano Antón de Veoxa, aunque el trazado definitivo del mismo responde a un
proyecto de un arquitecto de más
entidad, impregnado del espíritu renacentista.
La sencillez de su
fachada exterior no permite imaginar el esplendor que tuvo su patio central.
Éste se levantaba sobre columnas de piedra compuesta de basa, fuste liso y
capitel corintio, sobre las que apoyaban canetes de madera labrados que
soportaban las grandes vigas de madera que formaban la cubierta de esta planta.
Desde el patio y a través de un arco de medio punto rebajado
se accedía por una escalera monumental a la planta noble. En ella destacaba una
hermosa galería de arcos de medio punto sobre columnillas de características
similares a las de la planta baja, aunque mucho más finas. Entre ellas, antepechos
de ladrillo. El alero era de canetes renacentistas en forma de volutas. En el
ala paralela a la plaza los arcos eran todos de ladrillo, mientras que en la
lateral izquierda se habían perdido. Se habían conservado los grandes salones.
Lamentablemente, de
aquellos testimonios de su pasado apenas queda nada. El propietario de la parte
más importante del edificio, destruyó las arquerías ofreciendo ahora el aspecto
que puede apreciarse en la imagen superior.
Sin
embargo, el ayuntamiento de la localidad que ha accedido a la propiedad de otra
parte, ha acometido la rehabilitación de la misma y ha recreado el aspecto de
la antigua arquería. Allí se instalará, en el futuro, el Centro de
Interpretación del yacimiento de Burrén, al que haremos referencia más
adelante.
La
ermita de Nuestra Señora de la Huerta
es otro de los grandes monumentos de nuestra zona, declarado Bien de Interés
Cultural. Situada extramuros de la localidad, en su origen fue la iglesia
parroquial de la comunidad cristiana de Fréscano. Los musulmanes siguieron
utilizando la mezquita ubicada en el casco urbano que, tras su conversión
forzosa a comienzos del siglo XVI, se transformó en una iglesia dedicada a San
Felipe.
Es
probable que la construcción de la ermita se remonte al siglo XII. En aquellos
momentos era un edificio de planta única con un ábside semicircular que
apareció en las excavaciones realizadas durante la restauración. Inicialmente
pudo cubrirse con una cubierta de madera a dos aguas, aunque el ábside era
lógico que tuviera una cubierta de horno.
Posteriormente,
se le dotó de la cubierta de medio cañón, ligeramente apuntado, que ha llegado
hasta nuestros días. En el siglo XV, se levantó una capilla dedicada a la
Magdalena en el muro norte que se cubre con bóveda de crucería simple cuyos
nervios se apoyan sobre sencillas ménsulas. La reforma más importante tuvo
lugar en el siglo XVI cuando se derribó la cabecera y se construyó un nuevo
presbiterio de mucha mayor altura que el resto del templo y con una bóveda
renacentista de crucería estrellada.
Exteriormente,
destacan los canetes sobre los que forman el alero, con decoración de rollos y
con restos de policromía en alguno de ellos. Lo más sorprendente es que, a
pesar de su apariencia de piedra, el análisis petrológico que fue realizado ha
demostrado que son de hormigón moldeado. En el hastial se sitúa la puerta de
acceso al templo que es abocinada. Sobre ella, un óculo y como remate de la
fachada la espadaña.
El
interior, como se ha señalado, es de nave única dividida en cuatro tramos por
tres arcos fajones. En el último tramo hubo un coro que se derribó durante la
restauración; también se eliminó la verja de hierro que cerraba el espacio
inferior.
Pero
el mayor interés de este templo radica en la excepcional decoración pictórica
que se había mantenido bajo las capas de cal que la recubrieron durante siglos.
Se trata de un conjunto que puede ser datos en el
siglo XIII, en el que destaca el calendario que decora el intradós del primer
fajón. Los distintos meses aparecen representados, de manera simbólica, por
faenas agrícolas o tareas relacionadas con los mismos.
En
el primer tramo y rodeado por la característica mandorla aparece Cristo, como
Cordero Pascual sobre el libro de los siete sellos, rodeado por los cuatro
vivientes y los coros angélicos, tal como lo describe el Apocalipsis de San
Juan. Un descubrimiento importante realizado en el tercer tramo ha sido la de
una representación del Anástasis, el momento en el que Cristo, vencedor ya de
la muerte, desciende a los infiernos, como nos indica el Credo, para rescatar a
las almas de los justos. En Fréscano, aparece tomando de su mano a Adán,
mientras en torno suyo, figuran los grandes personajes del Antiguo Testamento.
El Ayuntamiento de
Fréscano ha sido uno de los más activos de Aragón a la hora de salvaguardar su
patrimonio, mediante las competencias que le otorga el artículo 25 de la Ley
del Patrimonio Cultural Aragonés. En primer lugar, declaró “monumento de
Interés Local” el conjunto de la iglesia y palacio, pues no gozaban de ningún
de tipo de protección, lo que facilitó su destrucción. Al mismo tiempo hizo lo
mismo con el llamado “acueducto”,
construido para una de las acequias existentes en el término municipal.
Posteriormente, lo fueron
los edificios construidos en el siglo XX para la elevación de las aguas de
riego de Fréscano y para elevación de
las aguas de Agón y Bisimbre.
En
este último se ha instalado un Centro de
Interpretación en el que se pueden ver las antiguas bombas restauradas y
una serie de paneles explicativos sobre el uso del agua en la zona.
Fréscano
cuenta, asimismo, con cuatro yacimientos
de la I Edad del Hierro, declarados Bien de Interés Cultural: El Morredón, El
Solano, El Alto de la Cruz y el de Burrén y Burrena.
En
este último, situado en dos característicos cerros de forma cónica, se ha
creado un interesante Parque Arqueológico del que nos hemos ocupado en varias
ocasiones en este blog y en el que nuestros lectores podrán encontrar amplia
información. Puede ser concertadas visitas guiadas al mismo y son numerosos los
grupos de escolares que acuden a él, atraídos por la recreación de diversos
elementos de la cultura de la I Edad del Hierro y la posibilidad de realizar
diversas actividades, como el tiro con arco, el recorrido del sendero botánico
o la identificación de huellas de animales en otro itinerario.
Como
complemento del mismo, existe un Centro
de Interpretación muy bien montado con maquetas y vitrinas en las que se
explican las características fundamentales de esa cultura. El centro está
instalado, provisionalmente, en un edificio contiguo a la iglesia, aunque su
ubicación definitiva será en el ala del palacio rehabilitada por el ayuntamiento
de Fréscano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario