domingo, 3 de febrero de 2013

La devoción a San Blas en nuestra comarca


       
            Hoy se celebra la fiesta de San Blas, uno de los santos que ha gozado de mayor veneración a pesar de que muchos aspectos de su biografía se entremezclan con leyendas creadas en torno a su figura. En Borja tuvo capilla en la antigua iglesia de San Bartolomé, de la que se conserva únicamente el lienzo que la presidía.

 Según la tradición, San Blas era un médico del siglo II que ejercía su profesión en Sebaste, una localidad armenia que actualmente pertenece a Turquía. En un momento determinado decidió retirarse al monte, viviendo como eremita y llegando a ser elegido obispo. Hasta aquel recóndito lugar llegaban sus fieles atraídos por su virtud en tan elevado número que llamaron la atención de los soldados del gobernador romano de la Capadocia que estaban cazando fieras para los juegos del circo. Eso ocurrió cuando se había decretado la última persecución contra los cristianos, en tiempos del emperador Licinio (308-324). Debemos recordar que esos hechos acaecieron después del edicto de Milán que, teóricamente, representó la libertad para la Iglesia. Pero ello afectó fundamentalmente a Occidente, donde gobernaba Constantino el grande, mientras que Licinio lo hacía en Oriente. La persecución hay que situarla en el marco del enfrentamiento entre ambos emperadores.
            Es, en torno al año 316, cuando se produjo la detención de San Blas que fue llevado ante el gobernador de Capadocia, Agrícola, y encarcelado.  Durante su estancia en prisión, llevó a cabo numerosos prodigios, entre ellos retirar la espina que se había clavado en la garganta un niño (por ello es considerado protector contra las afecciones de la garganta). Tras ser condenado a muerte, primero fue arrojado a un río, comprobando sus verdugos que caminaba sobre las aguas, mientras se ahogaban todos lo que intentaron atraparlo. Un ángel le ordenó volver a tierra, donde fue atado a un poste y torturado con rastrillos de cardar lana (por lo que era tenido como patrón por los cardadores). Finalmente, murió decapitado.




            Precisamente, en el lienzo de Borja se le representa en el momento de su martirio, cuando los verdugos le torturan con esos cepillos de cardar que disponían de largas púas de hierro en un soporte de madera con mango, mientras en la parte superior, un ángel porta la corona y la palma, atributos propios de los mártires. Aunque el lienzo no tiene excesiva calidad, reviste un indudable interés iconográfico por ese motivo. 



            En la iglesia parroquial de Mallén existe un retablo dedicado al santo que, en este caso, viste ropas pontificales con la mitra y el báculo de su condición de obispo.




            En el ángulo inferior derecho de ese lienzo aparece un ángel que lleva sobre su cabeza una cesta con los dulces típicos que solían repartirse el día de su fiesta: Las rosquillas de San Blas. 





            En la misma iglesia se conserva esta imagen del santo, representado como obispo y con el cepillo de cardar en la mano. Aprovechamos la ocasión para recordar que, cuando hablamos de imágenes, nos estamos refiriendo a esculturas, “imágenes de vestir” o todas las genéricamente conocidas como “imágenes de bulto”. Otra cosa diferente son los lienzos o pinturas y, por supuesto, los relieves en sus diferentes modalidades. Por lo tanto, cuando hacemos alusión, por ejemplo, a la antigüedad de una imagen” nos referimos específicamente a una “imagen de bulto” y no a un relieve, lo que puede inducir a confusión entre personas no instruidas en estas materias.




            También está representado San Blas en el ático del retablo de Nuestra Señora del Carmen existente en la iglesia parroquial de Magallón. En este caso, también viste la ropa propia de su condición de obispo: Alba blanca, ceñida por cíngulo, con estola, capa pluvial y mitra, de color rojo, en alusión a su condición de mártir. En la mano izquierda sostiene el báculo, mientras que alza la derecha en actitud de bendecir. El  ángel de la derecha sostiene sobre su cabeza una cartela con la leyenda : “Sante Blase O. P. N.”. Parece razonable suponer que, en lugar de “Sante”, debería poner “Sancte”, vocativo de “Sanctus” y la traducción sería: “San Blas, ruega por nosotros”, desarrollando las abreviaturas “O. P. N.” por “Ora pro nobis”. No podemos identificar lo que lleva en la mano el ángel de la izquierda que, en principio, debería ser su atributo personal.




            En la iglesia parroquial de Fuendejalón aparece San Blas en la calle lateral izquierda del retablo dedicado a San Miguel. El lienzo con la representación del santo, en busto, se encuentra sobre el de la María Magdalena y presenta algunas pecualiaridades como el color de sus vestiduras litúrgicas el atributo que porta en su mano izquierda que parece ser una vela. Según la tradición la curación operada en el niño que se había tragado la espina se llevó a cabo acercando dos cirios encendidos a su garganta.



            Por otra parte, en la sede del Centro de Estudios Borjanos se conserva esta vitrina o escaparate, donado por D. Carlos Sánchez del Río Sierra, destinado al futuro museo de Santa Clara.




            En su interior se conserva una reliquia de San Blas, debidamente autentificada en 1785, por D. Francisco Antonio Marcucci, un importante personaje de la Iglesia al que merece la pena hacer alusión.


       
            Nacido en Ascoli Piceno, el 27 de noviembre de 1717, se distinguió siempre por su gran piedad. Cursó los estudios eclesiásticos y a los 23 años fue ordenado sacerdote. El 8 de diciembre de 1744 fundó la congregación de Hermanas Operarias de la Inmaculada Concepción, a la que profesaba especial devoción. Fue ordenado obispo de Montalto el 15 de agosto de 1770 y el 10 de diciembre de 1781 el papa le nombró Patriarca titular de Constantinopla. Falleció el 12 de julio de 1798 y, en la actualidad, está incoado su proceso de canonización.



            En sus armas, las mismas que aparecen en la auténtica, figura la Inmaculada Concepción en uno de sus cuarteles. En el mismo documento se hace referencia a su condición de “Patriarcha Constantinopolitanus”, un título meramente honorífico. La razón de que su firma aparezca en el documento citado es por su condición de “Urbis vicegerens” o vicegerente de Roma, cargo al que había sido promovido el 19 de enero de 1773.







Finalmente, debemos señalar que otra reliquia de San Blas, venerada en Borja, se encuentra en la antigua parroquia de San Bartolomé, dispuesta en el interior de un relicario de moderna factura. 





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