El abandono de costosas inversiones en nuestra zona

            El 21 de mayo de 1992, la Comunidad Europea aprobó la Directiva 92/43/CEE para la Conservación de los Habitats Naturales y de la Fauna y Flora Silvestre. En virtud de la misma, los gobiernos europeos se comprometieron a crear la red “Natura 2000”, formada por Zonas Especiales de Conservación (ZEC), a la que se unieron Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), fruto de una directiva anterior.

            El paso previo para la aplicación de la directiva 92/43 fue la identificación de los llamados Lugares de Importancia Comunitaria (LIC). En este momento, en Aragón existen, integrados en la Red Natura 2000, 156 LIC y 45 ZEPA.

            Por lo que respecta a nuestra zona, entre los LIC se encuentra el ES2430028 “Sierra del Moncayo” que afecta a varios municipios, entre ellos Tamantes, Calcena, Purujosa y Añón de Moncayo. El ES2430081 “Sotos y mejanas del Ebro” que incluye a términos de Novillas, Gallur, Luceni y Boquiñeni, entre otros. El ES2430085 “Laguna de Plantados y Laguna de Agón”, enclavadas en los términos de Bisimbre y Agón, respectivamente. El ES 2430086 “Monte Alto y Siete Cabezos” en el que se integran Alberite de San Juan, Magallón y Pozuelo de Aragón. El ES2430087 “Maderuela”, un espacio que incluye parte de los términos de Vera de Moncayo, Alcalá de Moncayo y Añón, además de Litago y Trasmoz. El ES2430088 “Barranco de Valdeplata” en los términos de Calcena, Talamantes y Trasobares. El ES2430089 “Sierra de Nava Alta y Puerto de la Chabola” que, entre otros varios, afecta a Tabuenca y Trasobares. Finalmente, el ES2430098 “Cueva Honda”, en Calcena.

            Son, por lo tanto, ocho los Lugares de Importancia Comunitaria en los que, en mayor o menor medida, se incluyen a municipios de nuestra zona. Nunca hemos comprendido porqué quedaron fuera de esta red, espacios naturales importantes del término municipal de Borja, como La Estanca o la Muela. Sin duda, habrá razones pero las ignoramos y el caso de la Estanca nos parece especialmente llamativo, dada su importancia como lugar de paso de aves que, por otra parte, ha sido objeto de diversas publicaciones.

            Al margen de todo ello, es justo reconocer la importancia de identificar determinados espacios con el fin de protegerlos y darlos a conocer. En este sentido, se llevó a cabo la señalización de los mismos y la creación de infraestructuras que fueron financiadas con fondos FEDER de la Unión Europea. 

            Inversiones cuantiosas sobre las que queremos incidir a través de un ejemplo muy cercano a nosotros, el de las lagunas de Agón y Bisimbre. Allí, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón instaló, hace pocos años, una serie de paneles explicativos.

            Colocó asimismo una cabaña de madera, dotada de unas ventanas, desde las que se podía observar la laguna de Plantados. La caseta tenía una puerta que se aconsejaba cerrar y los vanos estaban asimismo dotados de unos paneles de madera. En conjunto, una instalación bien construida y, por lo tanto, cara.

            Hace unos días, hemos vuelto al lugar que, al acercarnos produce la impresión de un poblado abandonado en el lejano Oeste americano. Pero, una vez allí, la visión es aún más penosa.

            Alguno de los paneles está roto y los soportes de madera se van cuarteando al haber perdido la primitiva capa de protección. Un deterioro que, sin duda, se irá acrecentando.

            En la caseta ha desaparecido la puerta, aunque permanecen las bisagras y el cartel que recomienda cerrarla, algo evidentemente imposible.

            El aspecto exterior, por ambos lados, no puede ser más deplorable. Tablas y ventanas arrancadas, algunas por el suelo, mucho más evidentes en la parte que da a la laguna.

            No es mucho mejor el aspecto interior, donde a los daños estructurales viene a sumarse los restos de la comida que algún visitante reciente debió realizar allí.

            Si a ello añadimos que, a pesar de las frecuentes lluvias que hemos tenido este año, la “laguna” está completamente seca, por causas difíciles de entender, cabe preguntarnos sobre el sentido de inversiones como las efectuadas para poner en marcha estas instalaciones, sin mantenimiento posterior, e incluso sobre la realidad de la protección dispensada a estos espacios calificados con la llamativa denominación de “Lugares de Importancia Comunitaria”.