La villa de Trasobares
viene utilizando como escudo heráldico el que aparece en el dibujo anterior,
aunque, a diferencia de otros muchos municipios, no ha sido objeto del
correspondiente expediente de autorización, por parte del Gobierno de Aragón,
trámite que, por otra parte, tampoco se ha dado en otras poblaciones que vienen
usando escudo propio, desde hace siglos.
Sin embargo, el caso de
Trasobares presenta algunas peculiaridades que harían aconsejable un estudio
detallado, porque el fundamento para el empleo de este escudo es el hecho de
que se encuentra en la puerta de acceso del antiguo monasterio de religiosas
cistercienses, uno de los elementos distintivos de la localidad.
Pero
dicho escudo no es el del municipio, sino el de Aragón, debido a la condición
de “Real” que tenía el monasterio. En él aparecen, con una disposición peculiar
todas las piezas que formaban parte del mismo, desde finales del siglo XV. La
cruz de Sobrarbe, la llamada “Cruz de Íñigo Arista”, las cuatro cabezas que,
habitualmete, cantonan la cruz de San Jorge” y las barras del “Señal real”. La
única modificación introducida en el diseño utilizado por Trasobares es la
sustitución de la cruz patada apuntada en su brazo inferior (de la llamada de
Íñigo Arista) por una cruz griega que quiere recordar a la de San Jorge.
El
uso de estas armas, por parte de la villa, no es de ahora, sino que se remonta
en el tiempo. Así podemos verlas en el título de “Hijo Adoptivo”, concedido a
D. Severino Aznar Embid, que publicamos hace unos días, aunque en este caso, la
“cruz de Íñigo Arista” se ajusta a los metales y esmaltes adecuados.
Sin
embargo, en la obra El habla, historia y
costumbres de Oseja y Trasobares, de Miguel Ángel Pérez Gil, publicada en
1995, hemos encontrado el diseño de este escudo que, según el autor, se
encontraba pintado en el “techo de la ermita de San Roque”. En la cartela que
lo rodea se lee, de acuerdo con la transcripción, “Armas de la villa de
Trasobares”. Creemos que es un dato muy importante que viene a poner de
manifiesto la existencia de armas propias del concejo de una localidad que era
señorío eclesiástico, como ocurría en otros municipios de esta zona. Así las
tenía Tabuenca, que también dependía del monasterio de Trasobares, o Mallén que
era cabeza de una encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén. En este
sentido, merecería continuar investigando en torno a este asunto, ya que tienen
que aparecer documentadas en otros lugares.
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