La
mañana del Domingo de Resurrección reviste especial significado en Fréscano,
donde se mantienen vivas una serie de tradiciones que, muy probablemente, son
de origen medieval como hemos comentado en otras ocasiones, en las que la
alegría de la Pascua se une al sentido primaveral propio de estos días.
Una de
las expresiones de las mismas es el enramado con laurel de las casas de la
localidad, comenzando el sábado con el corte de las ramas que serán utilizadas
para ese cometido.
El
enramado se lleva a cabo en silencio en la noche del sábado al domingo.
Antiguamente, los jóvenes lo efectuaban en los balcones y ventanas de las casas
de las muchachas por las que mostraban cierto interés y, en ocasiones, cuando
se veían rechazados, llegaban a decorarlas con cardos.
Ahora,
el Ayuntamiento coloca unos arcos metálicos, en diferentes lugares del casco
urbano y a la entrada de la ermita de la Virgen de la Huerta que también se
decoran con laurel.
De
esta forma, en la mañana del domingo, todas las casas aparecen con laurel en
sus ventanas, merced al esfuerzo de los voluntarios que ahora realizan el
esfuerzo de transportar las ramas y colocarlas por todo el casco urbano.
Los
actos comienzan al amanecer en la ermita de la Virgen de la Huerta, donde van a
recoger a imagen de la Virgen, a la que previamente el Párroco D. Esteban
Guilzu Olza, que también lo es de Mallén, ha retirado el velo que cubría su
rostro y espera la llegada de los fieles ante la ermita.
La
Virgen que es una bella imagen medieval, aunque vestida, se dispone sobre una
peana con baldaquino, decorada con ristras de caramelos, por lo que es conocida
popularmente como la “Virgen de los caramelos”. En realidad, se trata de una
costumbre relativamente reciente, pues anteriormente, los que se colocaban en
la peana eran frutas y ramos de laurel.
Los
fieles llegan con la Cruz Parroquial al frente y los pendones de la cofradía de
la Virgen del Rosario y de la Virgen del Pilar. Al llegar a ella, efectúan las “cortesías”,
tres inclinaciones de los pendones ante la Virgen.
Precedidos
por la Agrupación de Cornetas y Tambores de la cofradía del Santo Cristo de la
Capilla de Ainzón, el cortejo se dirigió hacia la iglesia parroquial.
Ya con
el primer sol de la mañana atraviesan los arcos de laurel, componiendo esta
bella estampa reflejada en las fotografías realizadas por Dª Eva Frago que se
desplazó expresamente a Fréscano para realizar este reportaje.
La
Virgen penetró en el interior del templo, siendo depositada a los pies de la
nave, donde permanecerá hasta el próximo domingo, cuando retornará a su ermita,
aunque sea de forma simbólica, dado que en la actualidad no permanece allí,
durante el resto del año, por motivos de seguridad. Los caramelos que adornaban
la peana fueron repartidos entre los asistentes al acto, siguiendo la
tradición.
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