lunes, 17 de abril de 2017

Domingo de Pascua en Fréscano



         La mañana del Domingo de Resurrección reviste especial significado en Fréscano, donde se mantienen vivas una serie de tradiciones que, muy probablemente, son de origen medieval como hemos comentado en otras ocasiones, en las que la alegría de la Pascua se une al sentido primaveral propio de estos días.

         Una de las expresiones de las mismas es el enramado con laurel de las casas de la localidad, comenzando el sábado con el corte de las ramas que serán utilizadas para ese cometido.





         El enramado se lleva a cabo en silencio en la noche del sábado al domingo. Antiguamente, los jóvenes lo efectuaban en los balcones y ventanas de las casas de las muchachas por las que mostraban cierto interés y, en ocasiones, cuando se veían rechazados, llegaban a decorarlas con cardos.






         Ahora, el Ayuntamiento coloca unos arcos metálicos, en diferentes lugares del casco urbano y a la entrada de la ermita de la Virgen de la Huerta que también se decoran con laurel.





         De esta forma, en la mañana del domingo, todas las casas aparecen con laurel en sus ventanas, merced al esfuerzo de los voluntarios que ahora realizan el esfuerzo de transportar las ramas y colocarlas por todo el casco urbano.




         Los actos comienzan al amanecer en la ermita de la Virgen de la Huerta, donde van a recoger a imagen de la Virgen, a la que previamente el Párroco D. Esteban Guilzu Olza, que también lo es de Mallén, ha retirado el velo que cubría su rostro y espera la llegada de los fieles ante la ermita.


         La Virgen que es una bella imagen medieval, aunque vestida, se dispone sobre una peana con baldaquino, decorada con ristras de caramelos, por lo que es conocida popularmente como la “Virgen de los caramelos”. En realidad, se trata de una costumbre relativamente reciente, pues anteriormente, los que se colocaban en la peana eran frutas y ramos de laurel.




         Los fieles llegan con la Cruz Parroquial al frente y los pendones de la cofradía de la Virgen del Rosario y de la Virgen del Pilar. Al llegar a ella, efectúan las “cortesías”, tres inclinaciones de los pendones ante la Virgen.




         Precedidos por la Agrupación de Cornetas y Tambores de la cofradía del Santo Cristo de la Capilla de Ainzón, el cortejo se dirigió hacia la iglesia parroquial.





         Ya con el primer sol de la mañana atraviesan los arcos de laurel, componiendo esta bella estampa reflejada en las fotografías realizadas por Dª Eva Frago que se desplazó expresamente a Fréscano para realizar este reportaje.




         La Virgen penetró en el interior del templo, siendo depositada a los pies de la nave, donde permanecerá hasta el próximo domingo, cuando retornará a su ermita, aunque sea de forma simbólica, dado que en la actualidad no permanece allí, durante el resto del año, por motivos de seguridad. Los caramelos que adornaban la peana fueron repartidos entre los asistentes al acto, siguiendo la tradición. 

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