Días
pasados hicimos referencia a la tradición de la “culeca” en Borja que, sin
embargo, no es exclusiva de nuestra ciudad ya que se consume en otras
localidades de nuestra zona como Albeta; Ambel, con la forma que refleja esta
fotografía que hemos encontrado en Internet; Bulbuente; Bureta; Calcena;
Fuendejalón; Maleján; Pozuelo de Aragón y Talamantes. En todas estas
localidades es un dulce propio del día de San Jorge, pero en Agón, Alberite de
San Juan, Bisimbre y Fréscano se prepara para el día de San Gregorio (el 9 de
mayo), mientras que en Magallón se consumía el día de la Santa Cruz (creemos
que en la de mayo) y en Ainzón el día de San Roque.
Hoy,
sin embargo, queremos dar noticia de una curiosa tradición de Vera de Moncayo y
Trasmoz. En la primera de estas localidades se elaboran tres tipos de tortas.
Una es la “culeca” que tiene características similares a la de Ambel: forma de
mujer con las manos unidas por las muñecas y con un cordón que al llegar abajo,
bordea la falda a ambos lados.
Otra
es la “cesta” que es la que aparece en la foto anterior y en la que el huevo se
coloca cuando ya está cocida la masa dulce, quedando a la vista. La tercera
modalidad es el “bollo”, de forma circular y también con el huevo a la vista y
dos tiras de la misma masa formando una cruz.
Por la
tarde del día de San Jorge, los vecinos se dirigen hacia los montes próximos a
Veruela, caminando hasta una zona que llaman “El Coscojar” y “El Villar”, donde
comen la culeca o la cesta, guardando los huevos.
En el
coscojar se “rildan” los huevos. La palabra “rildar” es propia de esta localidad
y equivale a hacerlos roldar con objeto de que se descacarillen. No obstante, “rildar”
también se emplea en otros lugares para el hecho de bailar el trompo o peonza
con la cuerda. El objetivo de rildarlos era para que se pudiera comer, cosa que
ahora ya no se hace, aunque se mantiene esta tradición. La tarde finaliza con
la visita a la cueva existente en el monte, donde se venera una imagen de la
Virgen que creemos fue colocada allí por los jesuitas durante su permanencia en
el antiguo monasterio cisterciense.
Algo
similar se realiza en Trasmoz, aunque en este caso se denomina “roldar el huevo”.
Aquí no hay culecas, pero los niños decoran los huevos cocidos con diversos
colores y, en una zona próxima, lanzan los huevos como muestran las fotografías.
Queremos
agradecer a Dª Eva Frago el envío de estas fotografías que nos han permitido
conocer una tradición muy específica de estos municipios.
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