El 12
de mayo de 1775 nació en Gerona Dª. María
Consolación Azlor y Villavicencio. Era hija de D. Manuel de Azlor, hermano
del duque de Villahermosa y de Dª Petronila de Villavicencio. María Consolacion
fue la menor de los siete hijos de este matrimonio noble, pero no excesivamente
acaudalado.
El 12
de mayo de 1794 contrajo matrimonio con D. Juan Crisóstomo López Fernández de
Heredia, conde de Bureta, con el que tuvo dos hijos, Mariano de los Dolores y
María Dolores. El matrimonio duró tan sólo once años ya que el 18 de septiembre
de 1805, falleció el esposo, dejando viuda con 30 años de edad a la que,
pasaría a la Historia con el sobrenombre de la “condesa de Bureta”.
Protagonista
de excepción en los Sitios de Zaragoza, su primera contribución fue la de
alojar en su casa al general Palafox, tras la derrota de Tudela, al que estaba
unido por lazos de parentesco. Puso a su disposición todos sus recursos y poco
después creó un “Cuerpo de Amazonas” para atender a los heridos y colaborar en
el suministro de víveres y municiones a los combatientes.
Pero
el carácter de la condesa queda reflejado de manera evidente en dos episodios
muy significativos. En la noche del 17 de junio, armada con dos pistolas, se
dirigió al templo del Pilar para incitar a todos lo que allí se habían
refugiado a volver a ocupar sus puestos de combate. El 4 de agosto, volvió a dar
pruebas de su valor cuando, al ser desbordadas las defensas del convento de San
Francisco, hizo frente a los franceses con su carabina y después con dos
cañones que emplazó personalmente, logrando frenar su avance.
Pero
aquellos terribles días fueron también el escenario en el que horror de la guerra
se entrelazó con una historia de amor. Porque, desde comienzos de 1808, la
condesa había comenzado a mantener una relación con D. Pedro María Ric, barón
de Valdeolivos y Regente de la Real Audiencia. Quisieron casarse pero surgió el
impedimento de que, por ser ambos contrayentes de familia noble, era preciso
contar con la preceptiva Real Licencia, algo imposible estando el monarca
prisionero en Francia. Por fin, María Consolación logró convencer a Palafox
para que supliera ese defecto de forma, otorgando una autorización especial,
con la que contrajeron matrimonio el 1 de octubre de 1808. Pudieron disfrutar
de unos días de felicidad que se quebró muy pronto, dado que en diciembre se
reanudó el asedio, en el que nuevamente dio muestras de su heroísmo, aunque
estaba embarazada. Hay que señalar que siguió siendo conocida como “condesa de
Bureta”, aunque tras su segundo matrimonio no podía utilizar este título, sino
el de “baronesa de Valdeolivos”.
Tras
la caída de Zaragoza huyeron a Fonz y desde allí a Benabarre, desde donde
emprendieron un penoso viaje hacia el sur de la península, pasando por Valencia,
donde la baronesa dio a luz una niña. El
20 de agosto de 1810 la familia embarcó en la fragata mercante El Príncipe, que les condujo a Cádiz y
allí Dª María Consolación cayó gravemente enferma, a consecuencia de las
penalidades sufridas.
Al
término de la guerra regresó a Zaragoza y pudo conocer a Fernando VII que le dio
personalmente las gracias por su entrega y dedicación. Inmediatamente, reanudó
sus actividades caritativas, centradas ahora en atender las muchas personas
que, a consecuencia de la tragedia vivida, habían quedado sin recursos.
El 4
de diciembre de 1814, mientras asistía a Misa en la iglesia de San Cayetano, se
puso de parto. Tras muchas complicaciones dio a luz a un niño que nació muerto.
Las manipulaciones a las que se sometió en tan difícil alumbramiento le
provocaron una sepsis puerperal, a consecuencia de la cual falleció el 23 de
diciembre de 1814, siendo enterrada en la iglesia de San Felipe y Santiago,
donde hay una placa dedicada a su memoria.
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