Iglesia en Aragón es una publicación de
carácter semanal que editan conjuntamente todas las diócesis aragonesas y que
el pasado año vino a sustituir a las propias de cada una de ellas que, en
nuestro caso, se titulaba Iglesia en
Tarazona, heredera de la antigua Hoja
Parroquial.
Se
distribuye en las parroquias, con ocasión de las celebraciones de cada fin de
semana y, en algunos municipios, también se reparte a domicilio. Junto con las
informaciones de carácter general, reserva una de las páginas centrales a la
carta semanal de cada obispo y, en la última, incluye noticias relacionadas con
la actualidad pastoral de las respectivas diócesis.
En su último número, el
del 29 de julio, antes del paréntesis estival, apareció un artículo con el título
“Aragón, tierra de muchos caminos”, el segundo de una serie en la que los
redactores pretendían sugerir un recorrido por aquellos lugares de interés de
nuestra tierra, a manera de oferta turística a sus lectores en este Verano de
2018.
Sintetizar en poco
espacio los numerosos atractivos que ofrece nuestra comunidad no es fácil, pero
en una publicación de la Iglesia pudiera parecer razonable que se destacaran
aspectos relacionados con su propio Patrimonio Cultural.
Se ahí nuestra sorpresa
al comprobar que, dentro de la zona del Moncayo, se aluda únicamente al
castillo de Trasmoz, el monasterio de Veruela y el “Santuario de la
Misericordia”, que no se relaciona con Borja y que, además, se escribe
erróneamente, dado que el nombre correcto es “Santuario de Misericordia”.
Afortunadamente se
indica que “Otra ciudad que no podemos perdernos es Tarazona y su catedral de
Santa María de la Huerta, conocida como la Capilla Sixtina del renacimiento
español”. Estimular la visita a tan destacado monumento es muy conveniente,
aunque sea recurriendo a esa equiparación con la Capilla Sixtina.
Pero lo que no es
comprensible es que se afirme que “no podemos despedirnos de Zaragoza sin pasar
por Calatayud y Daroca, ciudades llenas de historias como la que nos ilustra la
capilla de los Corporales de Daroca”, porque Calatayud tiene una torres
mudéjares impresionantes y un museo en su colegiata de Santa María digno de ser
visitado.
El olvido de Borja es
habitual, a pesar de que aquí existan dos museos que, en definitiva, son de
Arte Religioso: el extraordinario Museo
de la Colegiata y el del convento de
Santa Clara, así como dos monumentos religiosos declarados Bien de Interés
Cultural, la propia colegiata y el convento
de la Concepción. Pero en nuestra comarca hay también un interesante museo
en la iglesia parroquial de Ainzón y
templos tan singulares como la iglesia parroquial
de Magallón, recientemente declarada Bien de Interés Cultural.
Ya que la Iglesia no
utiliza sus medios para difundir su propio Patrimonio, esta tarea tendrá que
seguir siendo asumida por entidades culturales como la nuestra o por los
respectivos municipios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario