En
esta ocasión las manifestaciones culturales que han sido declaradas Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad están relacionadas con la Música, en un
caso con un género tan conocido como el reggae; otra es un deporte tradicional
y la cuarta una tradición relacionada con los esclavos negros establecidos en
Panamá.
El
canto con acompañamiento de guzla. Transmisor de la
memoria histórica y modo de expresión cultural, el canto acompañado con el
instrumento musical de una sola cuerda llamado “guzla” es un arte tradicional
secular concebido esencialmente para interpretar epopeyas. El éxito de sus
representaciones escénicas, basadas en una interacción compleja entre el
público y los artistas-solistas (“guzlares”), descansa en el dominio que éstos
tengan de los conocimientos y técnicas vocales y musicales, así como en su
carisma, creatividad, expresión corporal y aptitud para dramatizar contenidos
poéticos. El repertorio comprende fundamentalmente canciones sobre gestas de
héroes míticos e históricos, leyendas antiguas, acontecimientos históricos o
contemporáneos y también, en menor medida, baladas y tonadas satíricas. Los
“guzlares” actúan en los pueblos cuando se celebran fiestas y conmemoraciones,
y abordan en sus canciones una temática muy variada que refleja los sistemas de
valores de sus habitantes. El carácter interactivo de las representaciones
refuerza en los espectadores el sentimiento de pertenencia a sus comunidades.
La mayoría de los “guzlares” actuales adquieren las técnicas básicas de su arte
vocal y musical con intérpretes más experimentados en el seno de sus propias
familias, aunque esas ténicas también se transmiten en los conservatorios
musicales públicos. Diversas organizaciones locales se han agrupado en la Unión
de “Guzlares” de Serbia, cuya esforzada labor se ha visto coronada por el éxito
con la creación de la Asamblea de Jóvenes “Guzlares” de Serbia y la institución
de un Festival de Jóvenes “Guzlares”. Candidatura presentada por Serbia.
El
hurling. El
“hurling”, denominado “camogie” en su variante femenina, es un juego de cancha
en el que se enfrentan dos equipos. Este elemento del patrimonio cultural, cuya
antigüedad se remonta a 2.000 años atrás, está muy presente en la mitología
irlandesa, especialmente en la saga épica de “Cú Chulainn”. Practicado en toda
la isla de Irlanda –principalmente en las zonas agrarias más fértiles– y en el
extranjero, este juego tenía lugar al principio a campo raso y el número de sus
jugadores no estaba limitado. Hoy en día, los equipos de categoría sénior están
compuestos por 15 jugadores que se enfrentan en una cancha perfectamente
delimitada, blandiendo “hurleys” –bastones de madera parecidos a los usados en
el hockey, pero con el extremo opuesto al puño en forma de pala¬– para empujar
una pelota pequeña, llamada “sliotar”, con el objetivo de introducirla en la
meta adversaria. Los jugadores (hurlers) y jugadoras (camógs) son los
principales depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio
cultural que se considera parte intrínseca de la cultura irlandesa y desempeña
un importante papel como impulsor de la salud, el bienestar, la integración
social y el espíritu de equipo. Las técnicas de este juego se transmiten
actualmente por intermedio de entrenamientos y encuentros que tienen lugar en
centros docentes y clubs deportivos. Dos organizaciones de aficionados, la
Asociación Atlética Gaélica y la Asociación “Camogie”, cumplen una función
esencial en la conservación del elemento y en la transmisión de las
competencias y valores inherentes al mismo. Candidatura presentada por Irlanda.
El
reggae de Jamaica. Amalgama de antiguos ritmos musicales
jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos –caribeños, latinoamericanos y
norteamericanos– el “reggae” se originó en un medio cultural de grupos
marginados que vivían principalmente en la parte occidental de la ciudad de
Kingston. A lo largo del tiempo se fueron incorporando a este elemento estilos
musicales neoafricanos, la música soul y el rhythm and blues, transformando
paulatinamente el “ska” primigenio en “rock steady”, primero, y luego en
“reggae”. Aunque en sus inicios el “reggae” fue una expresión musical –vocal e
instrumental– de comunidades marginadas, actualmente ha sido abrazado por
amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión. Su
aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la
resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza
intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del
patrimonio cultural. El “reggae” conserva intactas toda una serie de funciones
sociales básicas de la música –vehículo de opiniones sociales, práctica
catártica y loa religiosa– y sigue siendo un medio de expresión cultural del
conjunto de la población jamaicana. En todos los niveles del sistema educativo
del país está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de la
infancia hasta las universidades. Conciertos y festivales como el “Reggae
Sumfest” y el “Reggae Salute” proporcionan anualmente a este género musical un
mercado y ofrecen una oportunidad para practicarlo y transmitirlo a músicos,
artistas en ciernes y practicantes de este elemento del patrimonio cultural
inmaterial. Candidatura presentada por Jamaica.
Expresiones
rituales y festivas de la cultura congo. Las expresiones
rituales y festivas de la cultura congo engloban la visión contemporánea de una
celebración de los descendientes de esclavos negros rebeldes de la época
colonial. Hoy en día, los participantes en estos ritos y festividades tocan
instrumentos e interpretan músicas congos, celebran su libertad, entonan
canciones joviales sobre su vida diaria, representan espectáculos y ejecutan
danzas descalzos para comunicar con la tierra. En la temporada de festejos y
ritos congos, que se extiende desde el 20 de enero, día de San Sebastián, hasta
el Miércoles de Ceniza, los participantes escenifican en palenques la historia
simbólica de una sociedad matriarcal gobernada por una reina y su corte.
Numerosos personajes tienen asignado el papel de proteger de las asechanzas de
los diablos a la reina y las personas congregadas en esos palenques. El
Miércoles de Ceniza, día final de la temporada de fiestas, culmina con un
combate de los diablos contra la soberana y sus congos, en el que éstos
arrebatan a aquéllos sus aterrorizantes máscaras y los bautizan simbólicamente para
liberarlos y conjurar su maldad hasta el año siguiente, cuando se reanude de
nuevo el ciclo de rituales festivos. Desde muchas generaciones atrás, este
elemento del patrimonio cultural ha contribuido a la integración social y
constituye un medio de expresión de la alegría y sensualidad de las comunidades
congos. La transmisión de los conocimientos y prácticas del elemento se efectúa
oralmente y es obra de todos los participantes. En las escuelas también se
imparten programas de enseñanza de canto, música y danzas congos, y en la
universidad hay cursos sobre la cultura congo. Además, se organizan formaciones
y talleres de fin de semana sobre este elemento del patrimonio cultural.
Candidatura presentada por Panamá.
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