miércoles, 1 de mayo de 2019

Una ciudad convertida en destino turístico: Cartagena


         Cartagena es una ciudad cuya historia ha estado unida a las excelentes condiciones de su bahía, puerto seguro y amplio que fue utilizado desde la más remota antigüedad y que, en el siglo XVIII, fue determinante para que se convirtiera en sede de lo que más tarde fue el Departamento Marítimo del Mediterráneo.




   
      Los edificios vinculados a la Armada, como el Arsenal, la antigua Escuela de Guardiasmarinas o el Cuartel de Instrucción de Marinería (destinado ahora a otros usos) siguen siendo testimonios palpables de un pasado glorioso. Pero la disminución de la presencia naval y la crisis industrial afectaron profundamente a la ciudad que se ha ido recuperando merced a su reorientación como destino turístico, al mantenimiento de  otros sectores como el de la construcción naval y, de manera muy especial por la presencia universitaria.




         Durante nuestra estancia en Cartagena nos sorprendió la presencia en su puerto de grandes cruceros en cortas estancias pero que, sin embargo, proyectan sobre la ciudad un numeroso grupo de personas que incide muy favorablemente en el sector comercial.




         El puerto deportivo acoge un elevadisimo número de embarcaciones, izando los pabellones más diversos, entre los que encontramos el de Suiza, un país que a pesar de estar enclavado en el corazón de Europa, sin acceso al mar pero con muchos lagos, también lo tiene.




         El esfuerzo realizado en la recuperación del patrimonio arqueológico ha sido enorme, destacando el descubrimiento del teatro romano, restaurado por el arquitecto Rafael Moneo, convertido en lugar de referencia en ese ámbito.






         Pero la ciudad está jalonada de instalaciones que permiten contemplar los hallazgos que surgen por doquier, como las antiguas murallas púnicas o el foro romano, para lo que no se ha regateado fuertes inversiones económicas.





         Especial importancia tiene el Parque Arqueológico del Molinete, zona que ha sufrido un cambio espectacular, aún en curso de excavación y estudio pero en donde está a punto de ser inaugurado un Centro de Interpretación de grandes proporciones.





         Cartagena es, también, una ciudad con bellos edificios modernistas entre los que destaca su Casa Consistorial, aunque su casco antiguo adolece de los problemas comunes a otros, como consecuencia de la despoblación. No obstante, al reto de su recuperación se enfrentan ahora sus autoridades. Si lo consiguieran podrían alardear de haber devuelto a la vida una zona de especial importancia.







         No obstante, el visitante que llega por mar, encuentra zonas bien cuidadas, con jardines y flores; monumentos como la antigua muralla; el dedicado a los héroes de Cavite; o las placas que recuerdan el pasado de la ciudad y la impresión que causó a Miguel de Cervantes.






        También monumentos, como los dedicados a esos colectivos que marcaron el pasado reciente de la población: marineros, infantes de Marina y soldados del Ejército de Tierra, junto con otros de diseño mucho más moderno.




         No deja de ser curioso que sean esos monumentos uno de los lugares elegidos por los visitantes para dejar constancia fotográfica de su paso por la ciudad, convirtiéndolos en atractivos iconos de la misma.





         Es imposible resumir en una breve crónica todo lo que Cartagena encierra. Desde sus fuertes al Museo de Artillería, pero queremos poner de manifiesto lo que la Universidad ha supuesto para ella, restaurando y dando destino a edificios emblemáticos como el antiguo Hospital Naval o “La Milagrosa”, sin olvidar el ya citado Cuartel de Instrucción de Marinería. Asimismo, debemos mencionar la rehabilitación de algunos elementos de la arquitectura tradicional, un patrimonio muy rico en el campo de Cartagena.




         Cuando llegamos aún quedaban huellas de la pasada Semana Santa que, en Cartagena, adquiere características singulares con sus cofradías de marrajos y californios. Atractivo turístico al que vino a sumarse la fiesta de romanos y cartagineses que ha adquirido una extraordinaria importancia.






         Nuestros mejores deseos a una ciudad que quiso colocarse bajo la protección de la Inmaculada y que tiene a la Virgen de la Caridad, venerada en una espectacular basílica, como Patrona y símbolo de unión entre todos los nacidos en ella, circunstancia que comparten con cuatro grandes santos hermanos, nada menos que San Leandro, San Fulgencio, Santa Florentina y San Isidoro.

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