D. Guillermo Carranza Alcalde tuvo la fortuna de localizar un documento de enorme interés, el Lumen Loci de Bulbuente, al que podríamos considerar como el Libro Lucero de esa localidad, redactado a finales del siglo XVII, de cuyo contenido ofreció un adelanto en un artículo publicado en el último número de Cuadernos de Estudios Borjanos. En él deja constancia de la existencia de tres cruces existentes en su término municipal en aquellos momentos. Una de ellas en el monte llamado Cabezatón, que domina un cruce entre los caminos que conducen a la Muela Alta de Borja y Bulbuente con el antiguo de Borja a Tarazona.
Es curioso
que todavía existe allí una cruz, evidentemente posterior a esa remota época,
como atestigua esta fotografía de Pedro Domínguez Barrios. Pero había otras dos
cruces; una de ellas era la llamada Cruz de Albea, situada en la partida que
lleva ese nombre, junto al camino de Vera y cerca del paso sobre el cauce del
Huecha. Era de madera y el concejo se encargaba de su mantenimiento.
La
tercera cruz, conocida como “de los Santos Evangelios” era de obra y en el
libro citado se menciona que, en 1670, se “apañó” con yeso. De ahí que se la
denominara también “pilar de los Evangelios”, aunque siete años después, en el
libro de alfardas, se sigue hablando de “Cruz de los Evangelios”, situada en la
carrera de Borja, el camino que, junto a la acequia de la Retuerta, conducía en
dirección a nuestra ciudad.
Salvo
la que aún se mantiene en Cabezatón, las cruces desaparecieron hace tiempo, al
igual que los pilares votivos existentes en ese municipio, que los hubo como
comentaremos otro día, a pesar de que en la obra Pilares votivos que publicamos
en 2011, no se menciona ninguno.
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