La Orden de Predicadores fundó en Magallón un convento, en 1612, el primero de nuestra comarca, dado que el de Borja fue fundado en 1636. Fue construido junto a la iglesia mudéjar de Ntra. Sra. de la Huerta, que pasó a convertirse en templo conventual.
Abandonado
tras la Desamortización, mientras la iglesia terminó arruinada, aunque sus
restos fueron declarados Bien de Interés Cultural, por su importancia, el
convento sobrevivió ya que el edificio fue utilizado para albergar a las
Escuelas Municipales.
Se
trata de un bello ejemplo de la arquitectura aragonesa que merecería algún tipo
de declaración monumental. Hasta la construcción de la nueva Casa Consistorial
sirvió de sede a la corporación municipal, tras el abandono de su primitiva
Casa. Actualmente es utilizado como Casa de Cultura.
En su
fábrica llaman la atención los grandes sillares que, como base, fueron
empleados en su fachada lateral y parte de la anterior. Por sus
características, probablemente procedían de alguno de los castillos de la
villa. Magallón tuvo dos y, según opinión generalizada la torre de la iglesia
parroquial formó parte de uno de ellos.
La
reutilización de sillares de los castillos fue una práctica generalizada y, en
Borja, se conservan documentos que atestiguan las licencias concedidas por el
Ayuntamiento para su empleo en la construcción de varios edificios de la
ciudad.
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