Tras la pasada visita a Los Fayos, teníamos especial interés en visitar las localidades de Torrellas y Santa Cruz de Moncayo, dado que los tres formaban parte de la baronía de Torrellas, creada por Pedro IV de Aragón en 1381, en la persona de D. Pedro López de Gurrea y Pérez de Lóriz, que después recayó en los duques de Villahermosa. Los Gurrea enlazaron con los Vera de Borja, a través de diversos matrimonios.
Pero, además, Torrellas ha pasado a la historia
porque, el 8 de agosto de 1304, se firmó allí la famosa Sentencia Arbitral con
la que puso fin al contencioso que mantenían Aragón y Castilla por la posesión
del conquistado reino de Murcia. Acuerdo de enorme trascendencia para el futuro
de esa zona que fue suscrito por Jaime II de Aragón y Fernando IV de Castilla,
con intervención del rey de Portugal D. Dionís I y del rey de Granada Muhammad
III.
Los
Gurrea tenían su palacio en Torrellas que, hasta 1610, fue una localidad de
población enteramente morisca, a diferencia de Los Fayos que siempre fue
habitada por cristianos y en la que los Villahermosa construyeron otro palacio,
rodeado de un hermoso jardín, al que ya hicimos referencia.
Sobre
el casco urbano domina la esbelta torre de la iglesia parroquial de San Martín,
templo edificado aprovechando la antigua mezquita, tras la forzada conversión
de los moriscos.
En
ella se realizaron catas arqueológicas y se han recreado antiguos arcos que
recuerdan su pasado, instalando una serie de carteles que cantan las excelencias
del Islam, lo que no deja de sorprender en un templo cristiano, sobre todo cuando,
en el caso contrario, la postura es radicalmente diferente siendo el caso de
Santa Sofía un ejemplo reciente de lo que afirmamos.
La
elección del día para nuestro desplazamiento no era casual, dado que se celebraba
la fiesta del Santo Cristo del Prodigio, Patrón de la localidad. Es esta una
imagen del siglo XVII que el 4 de septiembre de 1885 se quemó, quedando muy
dañada, especialmente el rostro de Cristo, sus manos y sus pies, por lo que
tuvo que ser completamente restaurado.
Sus
brazos pueden separarse, dado que se utiliza en la ceremonia del Entierro de
Cristo, muy similar a la de Borja, algo de lo que no teníamos constancia y que
nos explicaron las personas que nos atendieron. Lo que no sabemos todavía es la
razón del nombre de la imagen, pues no hemos encontrado datos sobre el prodigio
al que hace referencia.
El
palacio de la baronía, ahora reconvertido en alojamiento hostelero, se
encuentra en un extremo de la plaza Porticada, antigua plaza del Mercado, con
sus soportales y la Casa Consistorial al fondo.
Frente
al palacio vimos la llamada “Piedra de la Cruz” cuyo significado ignoramos.
Siempre hemos considerado conveniente que los visitantes pueden obtener la
información necesaria sin tener que recurrir a arduas investigaciones, ya que
se quedan con las ganas de conocer detalles precisos de lo que ven.
Un
edificio recientemente restaurado es el del antiguo hospital de peregrinos,
situado bajo el castillo del sabíamos que se conserva una torre que no vimos.
Anteriormente
lo había sido el de las antiguas escuelas, para usos culturales. En su fachada
había un azulejo que hacía alusión a un “Jardín aromático”, con la ubicación de
las plantas que lo constituían.
Tuvimos
interés en verlo pero nos encontramos con la sorpresa de que del supuesto
jardín no queda nada. Todo está cubierto de cemento y llegamos a preguntarnos
si nos habíamos equivocado de lugar, pero unos vecinos nos confirmaron que era
allí.
Continuaremos
relatando nuestro recorrido por Torrellas, haciendo alusión a los murales que
decoran sus medianerías, entre otras cosas.
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