viernes, 6 de noviembre de 2020

Libros recibidos 366

 

         El Frente de Afirmación Hispanista de México sigue remitiéndonos las numerosas publicaciones que edita, fruto de su incansable actividad. Las últimas que nos han llegado son las publicadas en colaboración con Ediciones Deslinde. Una de ellas lleva por título Temblor del vacío, de la que es autora la poetisa venezolana Jean Aristeguieta (1921-2016), que fue galardonada con el Premio Vasconcelos en 1985.

         En sus cerca de 600 páginas reúne un elevado número de poemas dedicados a la pintora, también venezolana, Elvira Senior, a la que conoció en Madrid mientras estudiaba en la Universidad Complutense y con la que compartió su vida.

         Son composiciones a través de las cuales refleja el hondo dolor provocado por la muerte de Elvira, que fueron anotados en pequeñas libretas, ahora recuperadas merced a la colaboración de Ida Parilli, sobrina de la pintora.

         Jean tenía ya más de noventa años cuando escribió con la pasión y perentoriedad que aquí remueve emociones, como se indica en la introducción. Los últimos son de noviembre de 2015, pocos meses antes del fallecimiento de la poetisa, a los 94 años, que dejaba atrás este sentido y hermoso repertorio de poemas.


         La otra obra es la reedición facsimilar de la que llevaba por título Sobre la Historia de la Guerra de Cuba, publicada entre 1888 y 1890 por D. Leopoldo Barrios y Carrión, un militar español que combatió en esas dos primeras guerras que suelen pasar desapercibidas o las que los historiadores dedican menor atención, en comparación con las últimas que dieron lugar a la independencia cubana.

         Leopoldo Barrios estaba casado con una hermana de la mujer de José Martí y era un militar culto que analizó en profundidad el desarrollo del conflicto, extrayendo conclusiones de sumo interés, tanto desde el punto de vista táctico como respecto a otras cuestiones entre las que incluye los aspectos sanitarios.

         No puede, por lo tanto, ser más oportuna esta reedición que va acompañada por un estudio introductorio de los historiadores cubanos Ángela Peña Obregón, José Abreu Cardet y José Novoa Betancourt, también de gran interés y con apreciaciones sumamente respetuosas con el esfuerzo español que califican de gigantesco, destacando que “muy pocas fuerzas armadas coloniales fueron capaces de soportar esa sangría sin llegar a un colapso”, refiriéndose a las bajas ocasionadas por las enfermedades, aportando el dato de que, frente a los 12.329 soldados muertos en combate, 133.555 lo fueron a causa de enfermedades.



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