En 2020, publicamos los tres volúmenes
de nuestro Diccionario de Términos Religiosos y Litúrgicos que sigue
suscitando interés, dado que no son muchas las obras en castellano que abordan
esa temática.
Ahora, D. César de la Prida y López de Oñate, Coordinador General de Hamel Online S. A. se ha puesto en contacto con la Institución “Fernando el Católico”, solicitando autorización para reproducir el contenido de la obra en su web, con el propósito de ofrecer “una ayuda relevante para nuestros usuarios: clérigos, consagrados y fieles en general, que difícilmente pueden encontrar una fuente análoga digital”.
Tras la remisión de dicha petición, por parte de la
Institución, hemos sabido que “HAMAEL” es una iniciativa de un grupo de
católicos que pretenden aprovechar las nuevas tecnologías, poniéndolas al
servicio de la Iglesia como medio para anunciar el Evangelio.
La página toma su nombre de un
arcángel, también conocido como: Aniel, Anael, Haniel, Hanael, Haneal, Anafiel,
Anaphiel, Omoel, Onoel y Simiel. Según se indica en la citada web, su nombre significa
la “Alegría de Dios” y suele representársele vistiendo una túnica verde
esmeralda, portando una linterna marrón iluminada. Es uno de los principales,
que gobierna sobre el orden de los ángeles llamados principados, que alientan a
las personas a orar, les enseñan las artes y las ciencias, ayudándoles a
aplicarlas de manera práctica, enviando ideas creativas a las mentes de las
personas.
Aparece mencionado en el libro de Enoc, un texto que no es considerado canónico ni por judíos ni cristianos. En él, Hamael es el encargado de transportar al cielo a Enoc, el supuesto bisabuelo de Noé.
Ni que decir tiene que Hamael, como
otros de los supuestos arcángeles, son objeto de especial atención por parte de
grupos esotéricos, relacionándolo con el amor y, con cierto paralelismo con el
dios Eros, representándolo como un atractivo joven, con la luz o el fuego entre
sus manos.
No es este el caso de la página
católica que estamos comentando, interesada por nuestro Diccionario en
el que, por cierto, no incluimos a Hamael ni a otros arcángeles al margen de
los canónicos.
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