jueves, 8 de diciembre de 2022

Un reportaje sobre la cueva de Moncín

 

         El pasado jueves, 1 de diciembre, Aragón TV difundió el séptimo capítulo del programa “Antecessor”, dedicado a “Los cráneos de Moncín” o los cráneos de la Muela de Borja. A pesar de su interés, no habíamos tenido oportunidad de comentar este programa que recomendamos verlo a nuestros lectores, a través de este enlace.


         El conductor del mismo es Nacho Navarro Gil, al que muchos recordarán como un destacado músico a cuyo cargo estaba el carrillón de la Diputación Provincial de Zaragoza. Pero, hace unos años comenzó a colaborar en la ‘Nave del misterio’ de ‘Cuarto milenio’ y, como él mismo ha comentado, hizo de sus aficiones una profesión, desarrollando numerosas actividades entre las que destacan sus viajes hacia lugares recónditos de Aragón y este programa que ha puesto en marcha en nuestra televisión autonómica, junto con Silvia Ladrero.



         A Nacho lo conocíamos desde hace tiempo. Estuvo en Borja, acompañando a José María Valero en unos momentos en los que Leandro Galindo estaba impulsando la recuperación de los elementos patrimoniales de la antigua colegiata de Santa María. En aquella visita, estuvieron también presentes los arquitectos María Martínez Fábregas y Fermín Soto Jaca que habían iniciado la primera fase de la restauración del claustro.

         Leandro quería restaurar el órgano y, para ello, recurrió a la ayuda de José María Valero. Nacho se puso al teclado y siempre recordaremos sus mordaces comentarios en relación con la capacitación profesional de determinados músicos.



         El programa que ahora estamos comentando trataba sobre los restos humanos encontrados en la cueva de Moncín que, como solemos recordar, fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

         Aunque los primeros hallazgos de huesos se remontan a los años 70 del pasado siglo, adquirieron especial notoriedad en 2017, tras el hallazgo de varios cráneos por parte de una “turista” que había entrado en la peligrosa cueva. La intervención del GREIM de la Guardia Civil hizo que la noticia saltara a los medios de comunicación pues, en principio, aquellos agentes ignoraban a qué individuos podían corresponder esos restos.


         Todo quedó aclarado cuando Isidro Aguilera Aragón, actual Director del Museo de Zaragoza y la persona que ha dedicado buena parte de su vida al estudio de la comunidad prehistórica de la Muela de Borja, se puso en contacto con el Instituto Anatómico Forense a donde habían sido remitidos los cráneos y en donde confirmaron su antigüedad y condición de restos arqueológicos.

         De ahí que Isidro tenga especial protagonismo en el programa, tanto por su condición de estudioso de las cuevas que, ubicadas en la Muela borjana, acogieron a una comunidad de hombres y mujeres durante unos 4.500 años.

         Hasta nosotros han llegado los restos de 44 individuos (hombres, mujeres y niños), entre los que destacan 11 cráneos que fueron encontrados en lugares inaccesibles de las cuevas, lo que parece corresponder a un tipo especial de ritual, pues llegaron allí tras ser descarnados los cadáveres abandonados en el exterior y sometidos a la acción de los perros.

         Se desconocen las auténticas razones que les condujeron a esa selección, que incluía también a niños, y el significado de tal práctica circunscrita a unos pocos restos. Isidro Aguilera, en su tesis doctoral aventura algunas hipótesis.


         Pero en “Antecessor” lo que se pretendía, más allá de esas cuestiones, era realizar un estudio minucioso de las características anatómicas de esos restos. De ello se ocupó un equipo de profesionales de la Facultad de Medicina de Zaragoza, coordinado por la Profª. Dª. Ana Cisneros Gimeno, en el que se encontraban el Prof. D. Salvador Baena Pinilla, antropólogo forense y antiguo Director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón; y el Prof. D. Jesús Obón Nogués, Odontólogo forense, entre otros investigadores.

         El análisis de los once cráneos que les fueron entregados para su estudio ha permitido conocer detalles muy interesantes de aquellas personas que se caracterizaban, entre otras cosas, por sus robustas mandíbula, accionadas por potentes músculos maseteros, debido a la dieta alimenticia que ingerían. El arcaísmo de sus facciones era evidente pero, lo que más ha llamado la atención ha sido el elevado grado de neumatización de determinadas partes de sus cráneos, algo que no ha sido encontrado en individuos anteriores ni posteriores, lo que plantea nuevos interrogantes.


         Como podrán comprobar quienes vean este interesante documental, el equipo médico forense ha podido reconstruir, a partir de su cráneo, el aspecto que presentaba un individuo joven, de unos 16 años, cuyo rostro emerge desde la más remota antigüedad para mostrarnos cómo eran aquellas personas que, posiblemente, fueron los primeros pobladores de estas tierras.


         El documental rodado recientemente, ofrece una imagen desoladora del entorno de la cueva de Moncín, arrasado por el pasado incendio que redujo a cenizas lo que era un hermoso paisaje. 



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