El pasado jueves, 1 de diciembre, Aragón TV difundió el séptimo capítulo del programa “Antecessor”, dedicado a “Los cráneos de Moncín” o los cráneos de la Muela de Borja. A pesar de su interés, no habíamos tenido oportunidad de comentar este programa que recomendamos verlo a nuestros lectores, a través de este enlace.
El conductor del mismo es Nacho Navarro
Gil, al que muchos recordarán como un destacado músico a cuyo cargo estaba el carrillón
de la Diputación Provincial de Zaragoza. Pero, hace unos años comenzó a
colaborar en la ‘Nave del misterio’ de ‘Cuarto milenio’ y, como él mismo ha
comentado, hizo de sus aficiones una profesión, desarrollando numerosas actividades
entre las que destacan sus viajes hacia lugares recónditos de Aragón y este
programa que ha puesto en marcha en nuestra televisión autonómica, junto con Silvia
Ladrero.
A Nacho lo conocíamos desde hace
tiempo. Estuvo en Borja, acompañando a José María Valero en unos momentos en los
que Leandro Galindo estaba impulsando la recuperación de los elementos
patrimoniales de la antigua colegiata de Santa María. En aquella visita, estuvieron
también presentes los arquitectos María Martínez Fábregas y Fermín Soto Jaca
que habían iniciado la primera fase de la restauración del claustro.
Leandro quería restaurar el órgano y,
para ello, recurrió a la ayuda de José María Valero. Nacho se puso al teclado y
siempre recordaremos sus mordaces comentarios en relación con la capacitación profesional
de determinados músicos.
El programa que ahora estamos
comentando trataba sobre los restos humanos encontrados en la cueva de Moncín
que, como solemos recordar, fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio
Mundial de la UNESCO.
Aunque los primeros hallazgos de huesos
se remontan a los años 70 del pasado siglo, adquirieron especial notoriedad en
2017, tras el hallazgo de varios cráneos por parte de una “turista” que había
entrado en la peligrosa cueva. La intervención del GREIM de la Guardia Civil
hizo que la noticia saltara a los medios de comunicación pues, en principio,
aquellos agentes ignoraban a qué individuos podían corresponder esos restos.
Todo quedó aclarado cuando Isidro
Aguilera Aragón, actual Director del Museo de Zaragoza y la persona que ha
dedicado buena parte de su vida al estudio de la comunidad prehistórica de la
Muela de Borja, se puso en contacto con el Instituto Anatómico Forense a donde
habían sido remitidos los cráneos y en donde confirmaron su antigüedad y
condición de restos arqueológicos.
De ahí que Isidro tenga especial protagonismo
en el programa, tanto por su condición de estudioso de las cuevas que, ubicadas
en la Muela borjana, acogieron a una comunidad de hombres y mujeres durante unos
4.500 años.
Hasta nosotros han llegado los restos
de 44 individuos (hombres, mujeres y niños), entre los que destacan 11 cráneos
que fueron encontrados en lugares inaccesibles de las cuevas, lo que parece
corresponder a un tipo especial de ritual, pues llegaron allí tras ser
descarnados los cadáveres abandonados en el exterior y sometidos a la acción de
los perros.
Se desconocen las auténticas razones
que les condujeron a esa selección, que incluía también a niños, y el
significado de tal práctica circunscrita a unos pocos restos. Isidro Aguilera,
en su tesis doctoral aventura algunas hipótesis.
Pero en “Antecessor” lo que se
pretendía, más allá de esas cuestiones, era realizar un estudio minucioso de
las características anatómicas de esos restos. De ello se ocupó un equipo de
profesionales de la Facultad de Medicina de Zaragoza, coordinado por la Profª.
Dª. Ana Cisneros Gimeno, en el que se encontraban el Prof. D. Salvador Baena
Pinilla, antropólogo forense y antiguo Director del Instituto de Medicina Legal
y Ciencias Forenses de Aragón; y el Prof. D. Jesús Obón Nogués, Odontólogo forense,
entre otros investigadores.
El análisis de los once cráneos que les
fueron entregados para su estudio ha permitido conocer detalles muy
interesantes de aquellas personas que se caracterizaban, entre otras cosas, por
sus robustas mandíbula, accionadas por potentes músculos maseteros, debido a la
dieta alimenticia que ingerían. El arcaísmo de sus facciones era evidente pero,
lo que más ha llamado la atención ha sido el elevado grado de neumatización de
determinadas partes de sus cráneos, algo que no ha sido encontrado en individuos
anteriores ni posteriores, lo que plantea nuevos interrogantes.
Como podrán comprobar quienes vean este
interesante documental, el equipo médico forense ha podido reconstruir, a partir
de su cráneo, el aspecto que presentaba un individuo joven, de unos 16 años, cuyo
rostro emerge desde la más remota antigüedad para mostrarnos cómo eran aquellas
personas que, posiblemente, fueron los primeros pobladores de estas tierras.
El documental rodado recientemente,
ofrece una imagen desoladora del entorno de la cueva de Moncín, arrasado por el
pasado incendio que redujo a cenizas lo que era un hermoso paisaje.
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