En el anterior artículo dedicado a D.
Luis Pérez Cistué, el senador y diputado que tenía sus raíces en Magallón,
destacamos su pertenencia a la alta burguesía aragonesa, tanto por sus orígenes
como por su matrimonio con Dª. Alicia Castellano-Villarroya, con la que aparece
en esta imagen realizada en su palacete de la plaza de Aragón de Zaragoza.
Como entonces señalamos, era hijo de D. Mariano Pérez Baerla, natural de esa localidad y de Dª. María del Pilar Cistué y Navarro, con quien había contraído matrimonio el 10 de julio de 1867. La importancia de los Cistué es evidente y de ellos nos ocuparemos en otra ocasión, pero hoy queremos hacerlo de su rama materna, la que estaba especialmente entroncada con Magallón.
El padre, D. Mariano Pérez Baerla, era hijo
de D. Manuel Pérez Jaimes y de Dª. Pilar Baerla López. Vino al mundo en la casa
solar de los Jaimes que se encuentra en la calle de Santa María de Magallón. Un
histórico edificio, ahora vinculado a los Pérez Cistué, pero que había sido
heredado por D. Manuel Pérez Jaimes por vía materna.
En su fachada se encuentra el escudo en
alabastro de “los Jaimes” con las armas de la familia. Cuartelado en cruz, en
el primer cuartel figura una torre donjonada; en el segundo y tercero, cuatro
palos; y en el cuarto, un árbol con un toro. Está timbrado con un creciente
ranversado y jaquelado, a modo de corona, y a su diestra y siniestra sendas
águilas coronadas.
Pero si importante era este linaje de
los Jaimes, no lo era menos el de los Pérez, otra familia infanzona con casal
en Magallón. Procedían de Almonacid de la Cuba donde, en 1648, Francisco Pérez
Artigas había probado su infanzonía. Fue su hijo D. Francisco Antonio Pérez
Allué el fundador de la casa de Magallón.
De D. Francisco Pérez Baerla ya
comentamos su condición de rico hacendado, cuyas propiedades han quedado
reflejados en ese singular documento que mandó elaborar con todas las que tenía
en Magallón, tanto rústicas como urbanas, con sus correspondientes planos o
croquis.
Pero él residía en la casa de la calle
Alfonso de Zaragoza que había mando construir y, en la que al excavar los
cimientos aparecieron restos de edificaciones romanas con unos mosaicos, recuperados
en parte, que pasaron a poder de D. Mariano de Pano y Ruata, con quien su mujer
contrajo nuevas nupcias. También tenía otra casa en la calle del Trenque,
relacionado con Francisco de Goya.
Pero en Magallón, mantuvo en perfecto estado
el antiguo palacio de los Jaimes, donde durante la Guerra Civil se estableció,
durante un tiempo, el Cuartel General de escuadrilla de García Morato, del que
se conserva una imagen leyendo en la biblioteca del palacio.
Otro recuerdo de D. Mariano aún
existente en la villa, son las casas que para sus trabajadores agrícolas mandó
construir en la calle Calentejo que, hasta hace no mucho, se conservaban con
sus características originales.
No hemos encontrado ninguna fotografía
suya. Respecto a su biografía, sabemos que murió el 26 de julio de 1879, cuando
tenía 45 años, a consecuencia de una infección viral. Había cursado la carrera
de Jurisprudencia en la Universidad de Zaragoza. Era, además, bachiller en
Filosofía y Letras, por la misma universidad. Ahora, hemos localizado su
expediente académico en la Universidad Central en cuya Facultad de Derecho
estuvo matriculado durante los años 1858 y 1859, posiblemente para obtener el
grado de Doctor.
Aunque ejerció como abogado, también se
interesó por la Política, siendo Diputado Provincial por el Distrito de Borja.
Ingresó en la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, tras probar la nobleza
de sus cuatro apellidos (también lo fue su hijo, así como Caballero de Honor y Devoción
de la S. O. M. de Malta) y perteneció a la Real Sociedad Económica de Amigos
del País de Zaragoza y a la Academia Jurídico Práctica Aragonesa. Estaba en posesión
del Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, que le había sido concedida en
1877.
En alguna de las reseñas biográficas
que hemos consultado se afirma que sus aficiones artísticas se vieron premiadas
en las Exposiciones Universales de Vine (1873) y Filadelfia (1876) en las que
había participado. No lo hemos encontrado mencionado en los catálogos de una y
otra, siendo más probable que los premios correspondieran a productos agrícolas
que fueron enviados para los correspondientes pabellones españoles, de los que
nos hicimos eco en unos artículos sobre la presencia de nuestra comarca en las
exposiciones universales.
De lo que no cabe duda es que era un
hombre de gran cultura, que dominaba varios idiomas y que había reunido una
importante biblioteca sobre los más variados temas, dada su vocación enciclopédica.
Otro día trataremos sobre la ascendencia del senador por la importante rama materna
de los Cistué.
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