El Presidente del Centro de Estudios Borjanos se desplazó el lunes a Barcelona, por motivos familiares, regresando el martes por la noche. A pesar de su corta estancia en esa ciudad, quiso visitar el estado en el que se encuentran las obras de la Sagrada Familia que, desde la última vez en las que las contempló, han experimentado avances considerables.
Entre ellas destaca la culminación de
la torre de la Virgen, rematada por una estrella luminosa y las de los cuatro
Evangelistas, donde están siendo instalados los símbolos que los identifican:
El ángel, el toro, el león y el águila. Mientras tanto, sigue avanzando a buen ritmo
la torre de Jesucristo que, con sus más de 172 metros es la más alta de todas.
Este es el aspecto final que presentará
el templo cuando finalicen las obras que, al parecer, se han retrasado hasta el
2030. Junto a las torres citadas hay otras doce dedicadas a los Apóstoles.
Todo el monumento es rico en simbología,
como nos recordaron nuestros acompañantes, al pasar bajo las fachadas exteriores
de una de las sacristías (hay dos a ambos lados del ábside). También nos
informaron sobre la forma en la que se realiza el montaje previo de los bloques
que luego se instalan, como un gigantesco mecano, y de las dificultades para
encontrar la piedra más adecuada, que llega de diferentes países, dado que la
utilizada inicialmente por Gaudí hace tiempo que se acabó.
Como puede verse, lo que parecía un sueño
irrealizable terminará convirtiéndose en realidad. Cabe preguntarse, si el
resultado final será el ideado por Gaudí o quienes se sucedieron en las obras,
como Subirachs, autor de la fachada de la Pasión, a la que corresponden estas
fotos.
Lo que queda por resolver es el acceso
principal al templo, centro de una polémica ciudadana que no se ha resuelto,
dado que el proyecto implicaba la demolición de varios grupos de viviendas,
para permitir la construcción de la escalinata que conduciría hasta esa
portada.
Pero, mientras tanto, superada la
crisis impuesta por la pandemia, la Sagrada Familia es una máquina de fabricar
dinero. Numerosas personas procedentes de los más diversos lugares llegan hasta
ella y abonan la elevada cuota de entrada. Su entorno es un hervidero de gente que
el martes disfrutaban de una soleada mañana.
Lo que también vimos es la posibilidad
de comer, prácticamente al lado, a un precio sumamente económico, a pesar de
tratarse de una zona turística.
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