La visita que, hace unos días, efectuamos a la iglesia parroquial de Gallur, en compañía del Dr. D. Alberto Aguilera Hernández, sirvió entre otras cosas para una primera aproximación al importante patrimonio que conserva, el cual no ha sido bien estudiado por el momento.
Un caso llamativo es el de esta imagen
de Cristo Crucificado, recientemente restaurada, que en el inventario del
Patrimonio Artístico Religioso de esa localidad pasaba desapercibida, al ser considerada
una obra contemporánea, algo completamente alejado de la realidad.
El Dr. Aguilera, sin embargo, se
percató desde el primer momento de que se trataba de una obra de calidad,
realizada en el siglo XVIII, pudiendo ser situada en el entorno del escultor
José Ramírez de Arellano.
A la vista de algunos de los estilemas
presentes en ella, como los ojos saltones, la llamativa nariz recta, la barba
bífida y el tratamiento de las guedejas del pelo, sugirió la posibilidad de que
pudiera tratarse de una obra de Ignacio Ximeno (1709-1776), un escultor que se
formó en Zaragoza con Juan Ramírez y su hijo José Ramírez de Arellano.
El hecho de que trabajara en la vecina
localidad de Tauste, donde se conservan varias obras suyas, como las imágenes
de San Roque, San Francisco de Asís y San Agustín, que reproducimos de la obra
Tesoros Artísticos de la Villa de Tauste. Esculturas y Jocalias, con características
muy similares, parecen avalar esa hipótesis que, sin embargo, es preciso
documentar.
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