En la mañana de ayer, al iniciar nuestro recorrido en dirección a la sede nuestro Centro, nos llamó la atención un “extraño” cartel que estaba fijado en el pórtico de Santa María. Dado lo insólito de su aparición allí, nos acercamos a fotografiarlo.
Bajo ese cuadrilátero, rojo y blanco,
había escrito a bolígrafo una especie de acertijo, que nos intrigó. Siendo el
primer cartel de este tipo que veíamos, pensamos en un principio que podía ser
obra de algún desequilibrado.
Pero, nuestra sorpresa se acrecentó cuando,
a la entrada de la Casa de Aguilar, vimos otro cartel con su correspondiente
acertijo. Nuestra primera intención fue la de arrancarlo, dado que nadie nos
había informado sobre esta extraña cuestión. Por casualidad, decidimos esperar,
a la espera de poder enterarnos del significado de todo esto. Fue, a primeras horas
de la mañana, uno de nuestros colaboradores habituales quien nos puso al
corriente de una actividad deportiva programada en uno de los centros educativos
de la ciudad.
Y efectivamente, a media mañana, vimos llegar a un grupo de niños y niñas con sus bicicletas que iban en busca de los cartelitos, intentando resolver los acertijos. No cabe duda del interés de esta actividad deportiva pero, quizás, hubiera sido conveniente comunicarnos con anterioridad que uno de los carteles iba a ser fijado en nuestra fachada ya que, como hemos comentado, a punto estuvimos de retirarlo.
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