viernes, 22 de enero de 2021

Expolio en la parroquia de Ambel

 

         Ambel es una localidad que cuenta con un importante Patrimonio Cultural vinculado tanto a su iglesia parroquial de San Miguel (ahora en restauración) como a la ermita del Rosario que no es suficientemente conocido y que, en el futuro, podrá ser admirado en el museo que, muy probablemente, habrá que crear en uno de los dos templos.



         Entre ese conjunto de obras de Arte destacan, de manera especial, los retablos góticos existente tanto en la iglesia de San Miguel como en la del Rosario, varios de los cuales han sido restaurados, aunque queda pendiente alguno.



         No podemos olvidarnos del conjunto de relicarios que, al interés artístico de los mismos, se une el hecho de que las Santas Reliquias son las Patronas de la localidad y objeto de especial veneración.


         Pero, como ha ocurrido en otros muchos lugares, el Patrimonio de Ambel también fue expoliado en el pasado y, como prueba de ello, acabamos de localizar este documento en el que se detallan los “objetos” vendidos que eran propiedad de la parroquia y este último detalle es importante.

         Porque en la nota se indica el nombre del comprador y el de las personas que lo autorizaron, pero no figura quién fue el responsable directo de la venta de estos bienes:

Dos imágenes de los siglos XVI y XVII; dos tablas del siglo XVI; una del siglo XVII; un crucifijo de marfil y varios ornamentos. Las cantidades abonadas eran bastante elevadas para la época y, por lo tanto, cabe preguntarse quién las percibió.


         Daremos seguidamente noticia de los tres personajes mencionados. El primero de ellos es el que aparece como comprador: D. Luis de Despujol y Ricart. No son muchas las imágenes existentes de él. Hemos encontrado en el blog “Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española” esta fotografía en la que aparece con su protector el cardenal Gomá (en el centro) y el Secretario de la Conferencia Episcopal Americana (a la izquierda).

         Como todos conocen D. Isidro Gomá y Tomás, antes de ser trasladado a la sede primada de Toledo y ser creado cardenal, fue obispo de Tarazona entre 1927 y 1933. Desde Cataluña de trajo a D. Luis Despujol que fue su Secretario de Cámara y Gobierno y hombre de confianza. Lo nombró también canónigo magistral de la catedral y, cuando marchó a Toledo lo llevó consigo, aunque a finales de enero de 1938, pasó a convertirse en Secretario del nuncio monseñor Antoniutti. Después de la guerra fue canónigo de la catedral de Barcelona.

         Era hijo de VI marqués de Palmerola, conde de Fonollar, barón de Callús y I conde de Vallesa de Mandor. Su hermano José María Despujol y Ricart, contrajo matrimonio en Tarazona con Dª. María Josefa Díaz del Villar. Era abogado del Estado y sucedió a su padre en los títulos convirtiéndose en el VII marqués de Palmerola.

         La boda se celebró en la capilla de la casa de la novia, siendo bendecida la unión por el obispo Gomá, celebrando la misa de velaciones el hermano del novio “el canónigo y secretario de cámara” D. Luis de Despujol. La novia vestía traje blanco y el novio, entonces barón de Monclar, el uniforme de gentilhombre con banda del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña.


         Fue nombrado “Hijo Adoptivo de la ciudad de Tarazona” y su esposa donó los terrenos en los que ahora se levanta la Residencia de Ancianos que lleva el nombre de “Marqueses de Palmerola”, de propiedad municipal pero gestionada por una empresa privada.


         Como autor del informe previo a la venta aparece el “M. I. Sr. Don José María Sanz”. Se trata de otro ilustre personaje D. José María Sanz Artibucilla (1877-1949), natural de Corella, aunque la familia pasó a Tarazona en 1904. Catedrático del seminario turiasonense y canónigo magistral y fabriquero pero, además, fue un personaje relevante de la Cultura en la ciudad. Autor de una Historia de Tarazona  y de numerosos trabajos publicados en distintos medios. Miembro correspondiente de la Academia de la Historia y de la de Nobles y Bellas Artes de San Luis, fue galardonado con diversos premios, así como con el título de “Hijo Adoptivo y Predilecto de la ciudad” y Cronista. Que un personaje tan relevante en el campo cultural pudiera informar favorablemente de una venta de estas características viene a poner de manifiesto la percepción que entonces se tenía del patrimonio artístico de nuestras localidades. Porque el caso de Ambel se repitió en otras muchas localidades como Borja.


         Pero el responsable último fue el Sr. Obispo. En este caso se trataba de D. Nicanor Mutiloa e Irurita (C. SS. R.) que ocupó la sede de Tarazona entre 1935 y 1946.

        A la vista de las biografías de estas personas podemos enmarcar el momento de la venta, teniendo en cuenta que D. Luis Despujol era canónigo de Barcelona y que el informe los firmó D. José María Sanz Artibucilla. Comoquiera que este falleció en 1949, los hechos tuvieron lugar entre el final de la Guerra Civil y 1949.

         Queda el interrogante de porqué los adquiere un hombre de Iglesia como era D. Luis de Despujol. Durante la guerra civil el cardenal Gomá le había encomendado la misión de reunir objetos sagrados para poder dotar a las iglesias destruidas en el transcurso del conflicto. Pero las compras de Ambel son posteriores y pos sus características no parecen obedecer a esa motivación.

         Que D. Luis de Despujol “coleccionaba” objetos litúrgicos parece demostrarlo un acuerdo del Ayuntamiento de Barcelona de 6 de mayo de 1953, por el que se hace constar en acta “la gratitud de la Corporación municipal al muy ilustre doctor don Luis de Despujol, canónigo de nuestra Catedral Basílica, por su donativo, con destino a los Museos municipales de Arte, de un cáliz de vidrio del siglo X-XI y dos lipsanotecas de madera de la misma época”.

         En resumen, un canónigo barcelonés que antes lo había sido de Tarazona, compra unos bienes pertenecientes a la parroquia de Ambel, de cierta importancia y no mal pagados, con destino desconocido, sin que podamos saber dos cosas interesantes: ¿Dónde están? Y ¿Quién percibió las 34.500 pesetas que se pagaron?








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