Es
la única campana existente en el primer cuerpo de la torre del pórtico y está
situada en la fachada que da a la plaza de Nuestra Señora de la Peana, debajo
de la Santa Bárbara.
Se
trata de una campana, de extraordinaria sonoridad, tipo esquilón de 92,5 cm de
diámetro, con un alzado de vaso de 78 cm y un peso de 490 kilos. Su badajo en
de 72 cm y tiene yugo de madera con palanca para bandeo.
Es
la más grande de todas y, según el estudio realizado por talleres Quintana, es
de factura muy buena. En ese trabajo se señalaba que podía ser de origen belga
u holandés.
Lleva
el nombre del fundidor sobre la expresión “me fecit”. A la vista de la inscripción,
Francesc Llop la atribuye a Jan van den Eynde, alias Johannes a Fine o “Johan a
Vin” como aparece en la campana. Según este autor, se trata de un fundidor
holandés que nació, a comienzos del siglo XVI en Mechelen, en el seno de una
familia de campaneros.
Evidentemente,
su autor no pudo ser este campanero ya que, según el propio Francesc Llop, la
campana fue realizada en 1508. Además, esta fecha no es correcta, pues en la
campana se lee perfectamente, tras el sello del fundidor: “ANO MD”. Es, por lo
tanto, de 1500 y el fabricante otro miembro de esa familia.
Entre
cordones discurren dos inscripciones. En la superior puede leerse: “MENTEM
SANTAM SPONTANEAM HONOREM DEO ET PATRIA LIBERATIONEM”. En esta redacción se
advierten algunos errores como “SANTAM” por “SANCTAM” o “PATRIA” por “PATRIAE”.
Esta
frase está relacionada con el culto a Santa Águeda, martirizada en Catania el
251, coincidiendo con una erupción del Vesubio que, según la tradición se calmó
por su intercesión. La misma leyenda afirma que los ángeles grabaron en su
tumba esa frase que también figura en el busto relicario de la Santa,
conservado en su ciudad natal y es la antífona que se recita en sus vísperas.
Relacionando la lava del volcán con la colada de bronce utilizada para la
fabricación de las campanas, Santa Águeda fue adoptada como patrona por los
campaneros y, por este motivo, la frase aparece en muchas campanas antiguas.
Puede traducirse como “Pesamiento santo, honor de Dios y liberación espontánea
de la patria”.
En
la inferior se repite dos veces la expresión “TE DEUM LAUDAMUS”, “Te alabamos
Señor”.
Entre
ambas aparecen representados la Virgen con el Niño en brazos y el Ecce Homo con los símbolos de la Pasión,
las Armae Christi, rodeándole. Entre otros
se aprecian la Cruz, las tenazas, el gallo, la lanza, la esponja y los dados.
La Capitular es, por lo tanto, la más
importante de nuestra campanas, tanto desde el punto de vista artístico como
por ser la utilizada en todos los toques solemnes y, también, para llamar a
“alarma” en caso de incendios o desgracias. El nombre se debe al hecho de ser
la utilizada para convocar al cabildo de la colegial.
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