A
mediados del pasado año publicamos en este blog una serie de artículos sobre la
relación con el cine de la borjana Natividad Zaro que despertaron gran interés.
Incluso, se llegó a plantear la posibilidad de rodar un documental, dedicado a
la que fuera destacada escritora y productora de diversas películas, bajo la
dirección de Vicky Calavia.
También
nos propusimos reunir en el archivo del Centro las distintas películas en las
que intervino o se relacionó, así como diversos recuerdos de las mismas. En
este sentido, D. Manuel Giménez Aperte nos ha traído una colección de 10
cartones publicitarios de la película Ursus
en la tierra del fuego.
Sin
embargo, dicha película no guarda relación con Natividad Zaro, habiéndose
suscitado el error por el hecho de que entre las de su productora Atenea existe
una, titulada Ursus, coproducida en
1961 con la española Acine y la italiana Cine-Italia Film. Fue dirigida por el italiano Carlo
Campogalliani y tuvo como protagonista a Ed Fury, un actor norteamericano,
fisioculturista que alcanzó el éxito con estos papeles y mostrando su anatomía
de forma explícita a veces. En el papel estelar femenino se encontraba María
Luisa Merlo, bajo el nombre de Mary Merlon que parecía más “internacional”.
El éxito del personaje que
estaba inspirado en uno de los protagonistas de la novela¿Quo vadis? dio lugar a toda una saga posterior en las que se
incluyen películas italianas e hispano-italianas, dentro del género llamado péplum. En dos de ellas intervino
también Ed Fury, concretamente en Ursus
en el valle de los leones (1962) y Ursus
en la tierra de fuego, estrenada al año siguiente, que fue dirigida por
Giogio Simonelli y a la que corresponden los cartones que han dado objeto a
este comentario.
A pesar de ser ajenos a nuestra autora, nos
sirven para recordar estos reclamos publicitarios, ideados en Estados Unidos a
comienzos del siglo XX y conocidos con el nombre de lobby cards o “cartones” en español que mostraban fotogramas de las
películas sobre un soporte rígido de cartón (de donde tomaban el nombre) y que
se exhibían en los vestíbulos de los cines. No era infrecuente, como ocurría en
Borja, que existieran carteleras en algunos puntos estratégicos de las ciudades
en las que se fijaban, protegidos por una red metálica, anunciando las
películas que ibas a exhibirse en los cines de la localidad. Posteriormente, se
imprimieron ya en papel y terminaron desapareciendo, según algunos autores,
cuando los multicines redujeron considerablemente el espacio disponible de sus
vestíbulos e incrementaron la oferta cinematográfica.
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