Hace
unos días, al comentar la reciente obra del Prof. D. Jesús Criado Mainar,
titulada Culto e imágenes de la Virgen de
la Cama en el Aragón Occidental, llamamos la atención sobre un documento
publicado, referido a la capitulación efectuada por el vicario perpetuo de
Magallón D. Pedro Arnal, por una parte, y el carpintero de esa localidad Juan
de León y el tornero de Borja Jerónimo Pandos, ante el notario Miguel Pérez, el
17 de marzo de 1610, para la realización de una “cama” para la Virgen, por el
precio de 40 escudos.
El
documento que describe minuciosamente las características de ese mueble reviste
especial importancia, a juicio del Prof. Criado ya que el vicario actúa en
representación de “las priora y mayordomas de la cofradía de la Asunción” de
Magallón de la que, por el momento, puede ser considerada la más antigua
hermandad laica de mujeres, asociada a este culto.
En
el libro, se afirmaba que no “han quedado vestigios materiales de este culto,
pues ni subsiste la cama ni tampoco la imagen de la Virgen dormida que debía
cobijar”. Ya entonces dijimos que el Presidente del Centro de Estudios Borjanos
recordaba perfectamente que, cuando en la década de los setenta del pasado
siglo, se realizó el primer trabajo de inventario, propiciado por nuestro
Centro, bajo la dirección del Prof. Borrás, pudo ver en uno de los almacenes de
la iglesia parroquial de San Lorenzo un viejo arcón que, al abrirlo, se pudo comprobar
con cierta sorpresa, que contenía la imagen yacente de una mujer que,
lógicamente, asociaron con esa devoción a la “Dormición de la Virgen”. El hecho
de que esta pieza no fuera incluida en el catálogo que publicamos en 2002, nos
hizo temer que hubiera desaparecido.
Sin
embargo, tras comentarlo con el Prof. Criado, decidimos desplazarnos a Magallón
para intentar localizarla. Fue tarea fácil, gracias a la colaboración de D.
Ricardo Martínez Frago y Dª Eva Frago Corao. Ellos nos condujeron a esa curiosa
estancia con bóveda de medio cañón, realizada en ladrillo, que algunos han
sugerido la posibilidad de que formara parte del antiguo castillo y que, en
cualquier caso, acogió más tarde la primera capilla dedicada al Santo Cristo de
la Cruz a Cuestas, patrón de la villa. En ella, utilizada ahora como almacén,
se encontraba el mismo arcón al que hemos hecho referencia, reproducido en la
primera fotografía.
Al
abrirlo, volvió a aparecer la misma imagen que recordábamos, vestida con ropa
interior blanca y con la cabeza recostada sobre un cojín azul. Como entonces,
la impresión resultaba sorprendente, al comprobar que el viejo arcón
polvoriento seguía guardando el testimonio de una de las devociones más
importantes del pasado de Magallón.
La
imagen es “de vestir”, con su cuerpo modelado en tela al que se han incorporado
la cabeza, los pies y las manos, tallados en madera y policromados. La cabeza
no lleva pelo, porque se cubría con una peluca de pelo natural que ha aparecido
en el arcón.
Allí
también se guardaba el rico vestuario de la Virgen, integrado por varias
piezas, todas ellas ricamente bordadas, entre las que destaca un corpiño de
gran calidad y un espectacular manto azul, así curiosos complementos, como las
sandalias.
Muy
bonitos son también algunos de los almohadones o cojines con bordados de
decoración floral y pájaros exóticos, lo que confiere especial valor a todo el
conjunto, en el que no faltan los faldones que rodeaba a la cama, de color azul
y galón de plata con el anagrama de María.
En
otra dependencia del Centro nos mostraron también la corona de plata que lucía
esa imagen de la Virgen yacente, realizada en plata y en aceptable estado de
conservación que sí aparecía reseñada en el Inventario de 2002, datándola en el
siglo XVIII.
Nos
satisface dar cuenta de este “hallazgo” que viene a completar el excelente
trabajo del Prof. Criado y que abre el camino para la recuperación de esta
importante tradición magallonera y a la restauración de la imagen, situándola
en el emplazamiento que merece por su importancia.
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