A
las diez y media de la noche, partió de la Casa Consistorial de Borja la ronda
del roscón, una hermosa tradición que se lleva a cabo en la víspera de la
fiesta de San Jorge. A pesar de que, durante toda la jornada, había hecho acto
de presencia la lluvia, despejó por la noche, facilitando el recorrido y su
acompañamiento por un nutrido grupo de personas.
Los
alumnos de la Escuela Municipal de Jota y sus profesores fueron los
protagonistas de este acto entrañable que, por sus características, reviste
especial interés.
En
la ronda no sólo se canta, sino que en esta ocasión también contó con la
actuación de un grupo de jóvenes bailadoras que dieron cumplidas muestras de su
entusiasmo y de su profundo conocimiento de nuestro baile regional.
Pero
el elemento más característico de la ronda lo constituye la larga caña con la
que el “mozo” que la porta va recogiendo los roscones que van lanzando, desde
balcones y ventanas al paso de la comitiva.
Los
roscones van siendo depositados en una cesta que llevan un nutrido grupo de
niños, ataviados con el traje regional que, como atestigua esta fotografía
contemplan con entusiasmo el deslizamiento de los mismos a lo largo de la caña.
Una
de las paradas de la ronda es en la Casa de Aguilar, sede de nuestro Centro,
donde también es ya tradicional que María Chueca Oliveros, haciendo gala de su
destreza y de la belleza de los trajes que cada año renueva, lance uno de los
roscones. En esta ocasión le acompañó María Jesús Gracia Rivas que,
amablemente, se prestó para sustituir a la persona invitada quien, presa de la
emoción, había sufrido una ligera indisposición.
En
estas dos fotografías puede apreciarse perfectamente el acierto de María y la
elegancia con la que el roscón va deslizándose por la pulida caña.
Las
personas congregadas en la plaza de Aguilar pudieron disfrutar después con las
magníficas interpretaciones de la jota, tanto a cargo de veteranos intérpretes
como de dos jovencísimas alumnas de la Escuela.
La
ronda siguió después su recorrido, reuniendo roscones que, más tarde serán
donados al hospital, residencia y conventos de la ciudad.
El
éxito de este año queda resumido en esta última fotografía que, por otra parte,
nos sirve para manifestar nuestro agradecimiento a tan destacada colaboradora
del Centro, donde posteriormente todos los presentes pudieron degustar la
tradicional culeca con una copa de moscatel.
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