En
nuestro deseo de adquirir la producción intelectual de los miembros de la
familia Borja, radicados en América, acabamos de adquirir Aspectos de mi Sendero, de Rosa Borja de Ycaza, editada en
Guayaquil en 1930. En sus 144 páginas reúne una selección de sus poesías, junto
algunos trabajos en prosa y tres conferencias.
Nacida
en Guayaquil (Ecuador) el 30 de julio de 1889, su vida transcurrió en su ciudad
natal donde llevó a cabo una ingente labor en los más diversos campos de la
Cultura.
Su
primer libro fue el que motiva este comentario. En fue galardonada con el
Primer Premio de la Exposición del Libro por su poemario Hacia la vida. Más tarde publicó dos nuevas recopilaciones de
poemas Ritmo espiritual y Libertad, así como su autobiografía.
También escribió una biografía de su padre y algunos estudios como Guayaquil, ojeada histórica de la ciudad,
desde los Huancavilas hasta nuestros días;
El municipio y los problemas
sociales de Guayaquil; o Influencia
de la mujer como factor importante en el mejoramiento humano.
Su
incursión en el mundo del teatro le llevó a publicar dos obras: Las de Judas y Nadie sabe lo que vendrá mañana, dejando inédita otra que llevaba
el título de El espíritu, así como la
novela María Rosario. En la Enciclopedia del Ecuador se citan
asimismo otras obras publicadas como Mundo
íntimo; El espíritu manda; Alero de anhelos y Hacia otros planos.
Su
polifacética personalidad le llevó a componer obras musicales y, en 1942, la
Asociación de Música de Cámara de Buenos Aires le otorgó el Primer Premio, en
un certamen que había convocado, por su trabajo Album de Música.
Adelantada
para su época, se implicó en la defensa de los derechos de la mujer,
desarrollando una intensa actividad como conferenciante. Fundó la sección
ecuatoriana de la Unión de Mujeres Americanas y fue Presidenta de la Unión
Interamericana de Mujeres. También creo la Legión Femenina de Educación
Popular. Correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y de los
Centros de Historia de Cartagena de Indias y Santander (Colombia), dirigió el
Centro de Estudios Literarios de la Universidad de Guayaquil y la Biblioteca
Municipal de esa ciudad, donde falleció el 22 de diciembre de 1964.
Era
hija de otro destacado intelectual ecuatoriano, el Dr. César Borja Lavayen (1851-1910) al que dedicó el libro que
comentamos, con sentidas palabras.
Fue
un destacado médico que ejerció la docencia en la Universidad de Guayaquil y en
la Universidad Central de Ecuador, de la que llegó a ser Rector. Fundador en
1877 de la Academia de Medicina del Guayas y de la Gaceta Médica, en 1893,
publicó varios trabajos sobre la fiebre amarilla.
Además,
fue un brillante poeta. Sus composiciones fueron dadas a conocer en
publicaciones periódicas, recopiladas posteriormente junto con otras inéditas
en la obra Flores tardías y joyas ajenas,
editada en 1909. Ese mismo año había sido nombrado miembro de la Academia
Ecuatoriana de la Lengua.
Como
otros miembros de la familia también se interesó por la política, siendo
elegido en 1883 Diputado por la provincia del Guayas. Sus ideas liberales y su
enfrentamiento con el Presidente Caamaño, provocaron su detención y posterior destierro
en Costa Rica, donde permaneció hasta 1888. Volvió a ser desterrado en 1895 y,
de nuevo, se estableció en Costa Rica durante cinco años.
Durante
la presidencia del general Leónidas Plaza fue Alcalde de Guayaquil, entre 1903
y 1904. Posteriormente, durante la Presidencia del Eloy Alfaro, ocupó las
carteras de Educación Pública (1908), Relaciones Exteriores (1908) y Hacienda
(1909). Falleció en Guayaquil el 31 de enero de 1910.
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