Hoy
celebramos también el Día del Libro y, por este motivo, hemos querido recordar
algunas obras impresas en Borja, donde desde hace tiempo existe un importante
taller tipográfico en el que, junto a los trabajos habituales que, en gran
medida, han marcado el devenir cotidiano de la ciudad desde el siglo XIX, se editaron también algunas obras que, en la
actualidad, son auténticas rarezas bibliográficas.
El
impulsor de las mismas fue Javier de Pedro y una de ellas fue la esta edición
de Viajero interior, de Manuel
Pinillos, con grabados del propio Javier de Pedro. Realizada en 1980, lleva el
sello de “La Bóveda” que, en aquellos momentos, era la sede de una interesante
iniciativa cultural, con taller de cerámica, exposiciones y taller de grabado.
Otras
de las obras de aquellos años fue El
fotógrafo volador, en este caso con grabados de Borja de Pedro. De ella,
pudimos conseguir posteriormente un ejemplar que se conserva en la biblioteca
del Centro de Estudios Borjanos y, recientemente, ha aparecido algún otro en
Internet.
También
disponemos de un ejemplar de la obra de Simeón Martín Rubio, El aire de un momento, editada en 1982. En
la mención de responsabilidad se indica que, de la misma, se tiraron 120
ejemplares numerados, impresos por “Fernando Sancho e hijo con planchas
originales grabadas al buril por Javier de Pedro, sobre papel Fabriano, con maquetación
y montaje realizado en el Taller de Poesía Bóveda”.
La
imprenta Sancho, donde fueron publicadas las obras que acabamos de comentar es
heredera del establecimiento tipográfico de Victorino Zaro Guillomía, un excelente
tipógrafo que había aprendido su oficio en los talleres de Mariano Casañal de
Zaragoza. En torno a 1900 se estableció en Borja, donde poco antes había
cerrado la imprenta que regentaba D. Tomás Mendiri, fundada a mediados del
siglo XIX.
Victorino
Zaro fue quien trajo a Borja el primer motor eléctrico industrial, para mover
la máquina “Minerva” alemana que había instalado en su imprenta. La puesta en
marcha de aquel “revolucionario” sistema fue todo un acontecimiento y se
llegaron a apagar las luces de la ciudad, como precaución, antes de arrancar el
pequeño motor.
Falleció
en 1937 y se hizo cargo de la imprenta su sobrino D. Fernando Sancho Guillomía,
continuando la tradición familiar su hijo D. Fernando Sancho Casanova y, en la
actualidad, sus nietos D. Fernando y Dª Josefa Sancho Yoldi.
Aunque
fue impresa en Añón, no queremos dejar de citar otra interesante obra, las
Serranillas del marqués de Santillana que con grabados de Glauco Capozzoli
editó Borja de Pedro, al que también prestó a apoyo Fernando Sancho. Es un
hermoso libro que reviste especial interés para nosotros ya que, tanto Borja de
Pedro como Glauco Capozzoli son dos personas vinculadas con nuestra ciudad
donde, por otra parte, reposan las cenizas de Gluaco que residió aquí muchos
años, dejando testimonio de su excelente quehacer artístico y donde creó el
Taller de Grabado “Valeriano Bécquer”.
Aunque
la calidad de las reproducciones que aquí no son excesivamente buenas, debido a
los problemas que estamos teniendo con nuestro escáner, hemos querido dedicar
un cariñoso recuerdo a todos ellos, en una fecha tan especial como la del Día
del Libro.
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