Continuando
con las reseña de las obras que recientemente nos ha remitido el Instituto
Alicantino de Cultura “Juan Gil Albert” comentamos hoy el libro que, con el
título Negociantes extranjeros en
Alicante durante la primera mitad del siglo XVIII, constituye una síntesis
de la tesis doctoral de su autor D. Vicente Seguí Romá. Sus 816 páginas en las
que se condesan la historia de ocho familias de comerciantes de origen genovés
y francés, establecidos en esa ciudad, nos da idea de la magnitud del trabajo
llevado a cabo por el Dr. Seguí que el Prof. D. Enrique Giménez López viene a
poner de manifiesto en el prólogo. Sólo la tenacidad desarrollada por el autor,
unida a su experiencia en ese ámbito han hecho posible que la paciente investigación
llevada a cabo en los archivos alicantinos haya fructificado en una obra
fundamental para la historia de la ciudad, revelando el papel de esas sagas
familiares que contribuyeron a hacer de ella un centro cosmopolita y abierto,
en palabras del Prof. Giménez Soler, importando mercancías y productos
suntuarios que posteriormente distribuían por el interior peninsular.
Con
excelente presentación se ofrece la reproducción facsimilar de una obra
singular: El manuscrito de Josep Joaquim Bonet i Sierra, titulado Un viaje a Filipinas. Nos ha sorprendido
extraordinariamente por varias razones. La primera, por las circunstancias en
las que se produjo su hallazgo. En la introducción, D. Vicent Ortuño i Ginestar
relata cómo fue salvado por Jordi Nácher Durà cuando, en una reforma del
domicilio familiar, iba a ser tirado con otros materiales de desecho. Años
después, su hijo Vicent contactó con D. Vicent Ortuño para mostrarle la obra, de cuya importancia se percató
inmediatamente, iniciando los trámites para conseguir su edición, que va
precedida por una síntesis sobre la historia de las islas Filipinas, firmada
por Emilio Soler Pascual.
Pero,
la otra razón radica en el hecho de que el autor, natural de Gandía y residente
en Ondara fue uno de los muchos jóvenes que tuvieron que desplazarse a ese
lejano archipiélago, con motivo de la guerra. José Joaquín era soldado de
Infantería de Marina, dotado de indudable cultura y sensibilidad, lo que le
permitió reflejar en un pulcro cuaderno unas memorias que se inician cuando
embarca en el Arsenal de la Carraca. No se trata de un mero relato cronológico
de sus vivencias, sino que incluye datos sobre paisajes, tipos y costumbres,
acompañadas de unos dibujos ingenuos pero muy ilustrativos que confieren al
documento un especial valor.
Verlo
editado nos ha llenado de satisfacción pues constituye el mejor homenaje que se
le podía rendir a este joven que, en cierta medida, representa a toda una
generación. Por ello hay que felicitar a la familia que lo ha conservado y a
los que han apoyado su publicación. Nosotros conocemos otros diarios similares,
del mismo y de otros conflictos en los que se vieron envueltos soldados de
nuestra tierra. Lo que ocurre es que, por parte de sus poseedores, no hemos
encontrado las mismas facilidades para darlos a conocer, como era nuestro
propósito.
Inés
Navarro Martínez y Juan José Navarro Martínez, ambos Arquitectos Técnicos y
nacidos en Aspe, son los autores del meritorio trabajo que fue galardonado con
el XII Premio de Investigación “Manuel Cremades” 2015, editado el pasado año
con el título Estudio constructivo de las
edificaciones rurales de Aspe. Todo lo que represente un esfuerzo para
difundir la importancia de la arquitectura tradicional o popular merece ser
resaltado, si queremos evitar su completa desaparición. En este sentido, la
obra que comentamos constituye un ejemplo, dado que, por una parte, incluye un
inventario de este tipo de construcciones: 8 molinos (algunos
desaparecidos); 8 casas de recreo; 38
casas de labor y 2 caseríos. Pero, por otro lado, nos ofrece un minucioso
estudio sobre materiales empleados y soluciones constructivas, junto con un
análisis de las diferentes tipologías.
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