Ayer
visitó la Casa de Aguilar D. José del Barrio Gómez, nieto del ilustre pintor y
magistrado D. Juan Ángel Gómez Alarcón, del que el Centro de Estudios Borjanos
publicó en 2012 el documentado estudios del Dr. D. Juan Carlos Martínez
Calahorra sobre su vida y su obra. Queremos recordar que D. D. Juan Ángel Gómez
Alarcón estuvo destinado en Borja, como Juez de Primera Instancia, entre 1926 y
1931, dejando una profunda huella y volvió a aquí tras su retorno del exilio.
D.
José del Barrio vino acompañado por D. Francisco Carbó Pellicer, hijo de Dª.
María Luisa Pellicer Martínez y nieto de D. Vicente Pellicer Aragón, residente
en Magallón y casado con Dª. María Martínez Jerez, hermana de la mujer de Gómez
Alarcón. Ambos posaron junto a algunas de las obras de Gómez Alarcón que sus
nietos nos habían donado con anterioridad.
En
esta ocasión D. José nos entregó tres nuevos óleos y otros tantos dibujos que
recibió el Presidente de nuestro Centro, agradeciendo de manera efusiva este
gesto que enriquece el patrimonio cultural de Borja, ya que viene a sumarse a
las obras que ya se conservaban en la Casa de Aguilar y a la importante
colección existente en la Casa Consistorial.
Entre los
lienzos destaca este óleo fechado en Borja el 2 de abril de 1929, en cuya parte
posterior, aparece rotulado como “Contraluz de mañana”.
De su
época de alumno de Muñoz Degrain es este otro de 19 de junio de 1918, rotulado
como “Carretera de Hortaleza. Sol de tarde”.
De
Borja pasó destinado al Juzgado de Riaza y en esa ciudad segoviana continuó
pintando. A esa etapa pertenece el titulado “Tarde de diciembre”, fechado el 8
de diciembre de 1924.
Junto
con los óleos nos ha donado estos dibujos, realizados durante una etapa
especialmente dolorosa de su vida, la del exilio en Francia. Ya teníamos dos
realizados en el campo de Argelès-sur-Mer donde estuvo internado. Estos son
posteriores, de finales de 1946, cuando residía en Saint-Estève. Tanto en un
lugar como en otro, utilizaba lápices de colores, dado que no disponía de
pinturas al óleo. Algunos de esos lápices se los había facilitado inicialmente
un oficial alemán que admiraba su trabajo. Todas las obras que acabamos de recibir
y que agradecemos sinceramente, figuran reseñadas y reproducidas en la obra del
Dr. Martínez Calahorra, a la que antes hemos hecho referencia.
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