El 22 de diciembre de 1691 se produjo un hecho inusual para la
época: el cabildo de la colegiata de Santa María de Borja tomó el acuerdo de
invitar a una mujer para que entrara en el coro, durante el canto de Maitines
el día de Navidad. Se trataba de sor
Silveria de Frías y Francés, nacida en nuestra ciudad el 21 de junio de
1655. Era hija de D. Pedro de Frías y Alberite y de Dª. Juana Francés y
Francés. Tras probar la nobleza de sus cuatro apellidos había profesado en el
Real Monasterio de Sigena, vinculado a la Orden de Malta, a la que
pertenecieron varios de sus hermanos. Entre ellos D. Pedro, que además era el
prior de la colegial, cuando la religiosa visitó Borja, lo que sin duda influyó
en la deferencia de la que fue objeto. El día señalado fue recibida por el
cabildo en pleno y se sentó al lado de su hermano. Como era la primera vez en
la historia en el que una mujer entraba en el coro, el hecho fue registrado en
el libro de Gestis del capítulo.
El 22 de diciembre de 1703
falleció santamente en Manila fray José
García, del que no hemos podido localizar la fecha y el lugar de su
nacimiento, aunque profresó como hermano lego en el convento de dominicos de
Magallón. Tras una breve estancia en el convento de Ocaña, fue enviado a
Filipinas cuando tenía 27 años. Formó parte de la misión nº 23, integrada por
34 dominicos que partió de España en 1670,
llegando a Acapulco desde donde zapararon el 18 de marzo de 1671, para
desembarcar en Cavite el 3 de agosto de ese año. Allí fue destinado a prestar
servicio en la Universidad de Santo Tomás y, posteriormente, a convento de
Santo Domingo, alternando su trabajo en uno y otro centro de Manila, a lo largo
de los casi 40 años que vivió en tierras filipinas.
El 22 de diciembre de 1733
nació en Tabuenca fray Antonio Sancho de
Ntra. Sra. de la Consolación nace en Tabuenca. Fue el cuarto de los diez
hijos del matrimonio formado por Francisco Sancho Román y María Cuartero
Fontoba, por lo que su nombre en el mundo era el de Antonio Sancho Cuartero. A los 16 años ingresó en la Orden de
Agustinos Descalzos, en la que profesó y más tarde se graduó como Lector,
llegando a ser Provincial. También ejerció como Examinador Sinodal del obispado
de Huesca y del arzobispado de Zaragoza, así como de Calificador del Santo
Oficio, desde 1778. Murió en Zaragoza el 29 de febrero de 1788. Su retrato se
conserva en el coro de la iglesia parroquial de Tabuenca, en el que aparece vistiendo
el hábito de la Orden y al pecho la venera que le distingue como miembro de la
Inquisición.
El 22 de diciembre de
1885 nació en Borja D. Honorato Castro
Bonel. Era hijo de D. Enrique de Castro Pérez, registrador de la propiedad
en nuestra ciudad, donde contrajo matrimonio con Dª. Matilde Bonel Pellicer,
natural de Bulbuente. Cursó los estudios de Bachillerato en Borja y, tras pasar
un breve período en el seminario de Tarazona, se licenció en Ciencias Exactas
en la Universidad de Zaragoza en 1905. Tenía entonces 20 años y, poco después,
obtuvo por oposición una plaza de astrónomo en el observatorio de Madrid,
prestando también servicios en el Instituto Central Meteorológico. El 16 de
febrero de 1911 se graduó como Doctor en la Universidad Central con una tesis
sobre “Determinación de la suma de valores que toma un polinomio para un
conjunto de valores de su letra ordenatriz”, un tema tras el que, como comenta
su mejor biógrafo Aitor Anduaga, se escondía su preocupación por la viabilidad
de las mutuas de previsión a las que, con notable intuición, consideraba
abocadas a la bancarrota.
En 1909, se había incorporado como docente a
la Universidad, primero como auxiliar y, desde el 7 de marzo de 1920, fue
catedrático por oposición de la asignatura de Cosmografía y Física del Globo.
También desempeñó, por acumulación, las cátedras de Astronomía Esférica y
Geodesia de la Facultad de Ciencias; la de Matemáticas especiales de la
Facultad de Farmacia; y la de Estudios Superiores de Geografía Matemática de la
sección de Ciencias Exactas. Esta brillante trayectoria académica culminó con
su elección como Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales el 28 de marzo de 1934, aunque no llegó a tomar posesión
por haber tenido que exiliarse.
Para
entonces, la actividad política centraba ya su atención. En 1925 había
participado en la fundación de Acción Republicana que, más tarde, se integró en
Izquierda Republicana. Tras la proclamación de la II República fue elegido
concejal del ayuntamiento de Madrid y, poco después, Diputado de las Cortes
Constituyentes por Zaragoza. Con motivo de esas elecciones, participó en un
mitin celebrado en Borja, el 27 de junio de 1931. El texto de su intervención
fue editado y se conserva en nuestro Centro. Durante esa etapa fue Director General de
Estadística hasta el 29 de abril de 1933 y Presidente del Patronato del Museo
Naval hasta la misma fecha.
Al
estallar la Guerra Civil fue nombrado Delegado de CAMPSA y, al término de la
misma se exilió a Puerto Rico. Allí fue contratado por la US Navy para realizar
un estudio de sus defensas costeras y de otros trabajos. Aitor Anduaga sugiere
que la Marina norteamericana ignoraba su trayectoria política, algo impensable.
Hay que tener en cuenta que Honorato de Castro, aunque republicano, no fue
nunca una persona de ideología extremista. Durante su estancia en la isla fue
profesor de la Universidad de San Juan y, recientemente, se ha señalado su
actividad como profesor en la Universidad de Santo Domingo, en la misma época. En
1944 se trasladó a México, donde ejerció como Profesor de la Universidad de
Nuevo León, trabajando en el Instituto de Investigaciones Científicas de dicho
centro docente, hasta que fue contratado por la Compañía Nacional de Petróleos
Mexicanos, para la realización de estudios geológicos, formando parte de los
Departamentos de Geofísica y de Exploración de esa compañía a la que estuvo
vinculado hasta su muerte en 1962.
La producción
científica de Honorato de Castro se refleja en los artículos publicados en
España, antes de su exilio, y los aparecidos posteriormente. El Centro de
Estudios Borjanos está intentando recopilar todos ellos, tarea complicada ya
que aparecieron en revistas de difícil adquisición. Los españoles se
publicaron en el Boletín de la
Universidad de Madrid, cuyo primer número incluía un trabajo suyo y otro de
Severino Aznar, destacado personaje relacionado con Calcena y Trasobares. Aitor Anduaga ha
catalogado 35 trabajos de los cuales, 26 fueron publicados fuera de España, 23
de los cuales aparecieron en la revista Ciencia,
una de las grandes realizaciones del exilio español en México.
Pero, al margen de su
labor como científico, se interesó también por los temas humanísticos. De
hecho, su primer artículo en el Boletín
de la Universidad de Madrid versaba sobre “Nuestros exploradores en
América”. En ese mismo medio publicó también su trabajo sobre “Manejos de
Fernando VII contra sus padres y contra Godoy” que no recoge Anduaga, aunque sí
incluye otros que comparten este interés, como uno dedicado a Miguel Servet y
otro conmemorativo del I Centenario de la muerte de Alejando de Humboldt.
El 23 de mayo de 1936,
se dio su nombre al nuevo Grupo Escolar de Borja, cuyo primer proyecto, que no
se llevó a cabo, había sido realizado gratuitamente por su hermano el
arquitecto D. Emiliano de Castro. También llevó su nombre el Grupo Escolar de
Bulbuente que, como el de Borja, habían sido construidos merced a su apoyo.
Cuando incluimos su nombre en el Diccionario
Biográfico, llamábamos la atención sobre el hecho singular de que Honorato
de Castro es el único borjano que tenía el título de “Hijo Adoptivo de la
ciudad de Tarazona”, que le fue concedido por que, durante su actuación como
Diputado, presentó una proposición de Ley para que el Estado cediera al ayuntamiento
turiasonense el edificio y el solar de la antigua fábrica de cerillas. En la
actualidad tiene dedicada a su memoria la Biblioteca Municipal de nuestra
ciudad. Falleció en México en 1962.
El 22
de diciembre de 1903 nació en Borja D.
Victoriano Huerta Tejadas. Era hijo de Vicente Huerta y de Andresa Tejadas.
Tras realizar el Servicio Militar en Zaragoza, siguiendo la tradición familiar
se estableció aquí como jardinero y hortelano. Fue quien, bajo el mandato de
los alcaldes D. Pascual Sorrosal y D. Jesús Pellicer, efectuó la plantación del
parque de San Francisco de Borja, al que cuidó todo el resto de su vida,
cometido en el que le sucedió su hijo Javier. Fue una etapa en la que nuestro parque
llamaba la atención por las numerosas flores que lo adornaban, especialmente en
ese espacio al que nos hemos referido en otras ocasiones: La Rosaleda. Falleció
el 1 de agosto de 1967.
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