martes, 4 de diciembre de 2018

Declaraciones de Patrimonio Cultural Inmaterial I


         Iniciamos hoy una serie de artículos en los que, cumpliendo una de las principales funciones de nuestro Centro, como observador ante el Comité Intergubernamental para la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, daremos a conocer las candidaturas que han quedado inscritas en la lista del Patrimonio Mundial, tras la reunión celebrada en isla Mauricio.

         La primera de ellas es la de “As-Samer” de Jordania. Se trata de una expresión artística constituida esencialmente por danzas y cantos que se interpreta en muchas regiones de Jordania, sobre todo con motivo de la celebración de ceremonias nupciales. La practican tanto las personas jóvenes como las de más edad, y también se anima a los niños a que participen en ella. El día de la boda, el padre del novio insta a los invitados a que se pongan en filas entonando canciones y tocando palmas. Acto seguido, tiene lugar una representación con tres protagonistas principales. El primero es Al-Hashi, personaje interpretado por una parienta de los anfitriones de la boda, que canta y baila ante los participantes en la fiesta ataviada con un velo que le tapa el rostro y con una amplia túnica negra (“abaya”) que cubre su atuendo tradicional. El segundo personaje es Wasq Al-Hashi, un bailarín familiar de esta mujer, que la agarra por la manga de la túnica y le pide que se siente. En ese momento entra en escena el tercer protagonista, Al-Badda, un hombre que se dirige cantando a Al-Hashi para que reanude su danza y que declama poemas para despertar sensaciones de alegría, deseos de paz, emociones íntimas y sentimientos de empatía entre los asistentes. La práctica de este elemento del patrimonio cultural consolida los vínculos sociales, fomenta la cohesión de las comunidades y anima a los participantes de todas las edades a sumarse espontáneamente a su celebración, con la voluntad de transmitir a las generaciones venideras los conocimientos y competencias pertinentes. La candidatura fue presentada por Jordania.




Blaudruck/Modrotisk/Kékfestés/Modrotlač, teñido o impresión por reserva en azul índigo. Estos términos significan literalmente “teñido o impresión en azul por reserva”, una práctica de los artesanos tintoreros consistente en aplicar a los tejidos una pasta impermeable a la coloración, antes de proceder a la operación de teñirlos de azul índigo. Esa pasta impide al tinte penetrar en los motivos o dibujos y los deja sin colorear. Los artesanos usan planchas fabricadas manualmente –que datan de tres siglos atrás en algunos casos– para aplicar sobre los tejidos dibujos con temáticas de inspiración genérica, regional o religiosa. Los motivos florales y zoológicos son representativos de las culturas locales de las distintas regiones. Este elemento del patrimonio cultural no se limita al mero teñido o impresión con azul índigo, sino que abarca las demás fases de la cadena de producción textil: preparación de la materia prima, hilado, tejido y acabado. El elemento se practica actualmente en pequeños talleres familiares regentados por artesanos impresores, cuya estirpe se remonta a dos o incluso siete generaciones atrás. Las labores de cada etapa de producción las llevan a cabo por igual los hombres y mujeres de la familia. Los conocimientos de este oficio tradicional se basan todavía en memorias escritas, propiedad de las familias, que datan del siglo XIX, y se transmiten también mediante la observación y la práctica. Los artesanos mantienen un fuerte vínculo emocional con su oficio, que les infunde un gran sentimiento de orgullo por ser los continuadores de una tradición familiar ancestral. La candidatura fue presentada conjuntamente por Austria, Chequia, Alemania, Hungría y Eslovaquia.



Celebración en honor del icono de Nuestra Señora la Virgen (Fiesta de Budslaŭ). Desde el siglo XVII, el primer fin de semana de julio de cada año, acuden miles de peregrinos de todos los rincones de Bielorrusia y otros países a la fiesta del pueblo de Budslaŭ, situado en la región de Minsk, para participar en las celebraciones en honor del icono de la Virgen patrona de los bielorrusos, conservado en esta localidad. Algunos penitentes recorren todo su itinerario a pie. Según la leyenda, Budslaŭ fue el lugar donde la Virgen María se apareció a un grupo de creyentes en julio de 1588, y desde entonces su icono alcanzó gran celebridad por el sinfín de milagros que se le atribuyen. Las festividades religiosas comprenden: la acogida de los peregrinos por parte de sacerdotes, la celebración de misas, la procesión nocturna del icono a la luz de cirios, una vigilia de oraciones para los jóvenes y oficios de plegarias a la Madre de Dios. Entre los depositarios de este elemento del patrimonio cultural, que es parte integrante de la historia y tradiciones del pueblo, figuran representantes de todas las clases sociales y franjas de edad de sus vecinos. La fiesta atrae a creyentes de todas las edades por familias enteras, lo que contribuye a fortalecer los vínculos entre las distintas generaciones. Orgullosos de su reliquia, los habitantes de Budslaŭ son los que preservan y transmiten los conocimientos y prácticas tradicionales inherentes a las celebraciones. Además, acogen cálidamente a los peregrinos en sus hogares y les invitan a compartir su mesa, haciendo así que éstos conozcan a fondo las costumbres típicas de la localidad en materia de culto religioso, artesanía y gastronomía. La candidatura fue presentada por Bielorrusia.




Chakan, arte del bordado de la República de Tayikistán. El arte manual denominado “chakan” consiste en bordar flores, adornos y motivos simbólicos con hilos de colores vivos en paños y telas de algodón o de seda. Esta práctica tradicional del bordado, que está muy extendida entre las mujeres y muchachas de Tayikistán, se utiliza para ornamentar ropa de vestir como blusas, pañuelos y otras prendas, y también textiles domésticos como cortinas, fundas de almohadas, colchas para cunas de niños pequeños, etc. Sus motivos reproducen imágenes mitológicas y simbólicas relacionadas con el universo y la naturaleza circundante, que son expresiones de los deseos y esperanzas de la población. La práctica de este arte textil abarca la elección de la tela y los hilos, el diseño de los adornos, la confección del patrón del bordado y la realización del bordado propiamente dicho. Antaño, los hilos de preparaban con fibras de algodón y seda y se teñían con colores naturales extraídos de plantas y minerales, pero hoy en día las bordadoras usan hilos de tejidos. En las bodas celebradas en la región de Khatlon es importante que las novias vistan blusas con bordados “chakan” y que los novios se toquen la cabeza con el típico gorro nacional, el “taqi”, adornado con motivos de este estilo. Asimismo, en las fiestas nacionales y otras celebraciones, las mujeres y muchachas tayikas se engalanan con vestidos “chakan”. Los artículos bordados con esta práctica artística no sólo son una expresión de belleza y elegancia, sino que también son un símbolo de la unidad entre el hombre y la naturaleza. Son las abuelas, madres y hermanas mayores las que enseñan el arte de bordar a las muchachas más jóvenes, aunque la transmisión de este elemento del patrimonio cultural también se efectúa en grupos a través del método llamado “ustod-shogird”, esto es, de maestras a aprendizas. Las artesanas independientes obtienen una fuente importante de ingresos con la venta de sus productos en bazares y almacenes de ropa. La candidatura fue presentada por Tayikistán.

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