Este
año ha sido la felicitación navideña de la comunidad de religiosas franciscanas
clarisas de Borja la primera en llegarnos y no hacemos eco de ella, como
solemos hacer con todas las editadas en nuestra ciudad que, por otra parte,
conservamos en nuestro archivo.
Viene
acompañada por el calendario de bolsillo, para 2019, que también han editado.
En uno y otro caso, están representadas sendas imágenes del Niño Jesús, aunque
no sean las de gran interés que conservan en el convento.
A
ellas dedicó el Dr. Aguilera Hernández una de las publicaciones del Museo de
Santa Clara, en cuya portada se reproduce la del “Niño de la Cuna”, la de mayor
calidad artística, con una hermosa tradición que mereció ser recogida en la
obra del P. Roque Alberto Faci, Aragón
reyno de Christo, publicada en 1750.
Fue en
1638, cuando encontrándose sor Graciosa de Charri, ejerciendo el oficio de
tornera, se presentó un peregrino preguntándole si deseaba adquirir una imagen
del Niño Jesús. La religiosa la tomó a través del torno para poder contemplarla
y, admirada de su belleza, volvió a preguntar el precio que el peregrino pedía
por ella. Pero su sorpresa fue grande al constatar que había desaparecido, sin
que fuera posible localizarlo, a pesar de las gestiones que se hicieron.
Lo
tuvo en su poder son Graciosa hasta su fallecimiento y después su sobrina sor
María Lázaro hasta que, en 1714, fue colocado en el retablo de la Virgen del
Coro, siendo objeto de especial devoción por toda la comunidad.
En el
convento se conserva la cuna en la que llegó y las pajas sobre las que estaba
depositado, así como la bella caja que, para su conservación, fue mandada hacer
en 1736.
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