En el límite de los
términos municipales de Novillas y Tauste y junto a la muga con la provincia de
Navarra, se halla un hermoso lugar donde el cauce de un barranco salva el Canal
de Tauste, en el que se reúnen una serie de elementos de interés de los que nos
ha enviado imágenes Pedro Domínguez Barrios.
Allí
se levantaba una ermita dedicada a San Jorge, de características muy similares
a la de San Sebastián de Ainzón y con paralelismos a la que el Patrón de Aragón
tiene en Borja.
Sus
paredes desmochadas y los arcos diafragmas a punto de derrumbarse constituyen
un elocuente ejemplo de la escasa atención que los aragoneses dedicamos a
nuestro Patrimonio Cultural. Lo ocurrido allí puede reproducirse en Ainzón, con
la citada ermita de San Sebastián, lo que constituiría una pérdida irreparable.
Por eso, ahora que se ha salvado “in extremis” la ermita de Gañarul, queremos
reiterar el llamamiento en favor de la de Ainzón, para lo que sería conveniente
que el templo, actualmente en manos privadas pasara a ser de propiedad
municipal y se instara su declaración monumental.
En el
caso que nos ocupa existió una vivienda para el ermitaño, construida, al igual
que la ermita en tapial y adobe. Adosada al hastial, era de la misma anchura y
su estado es también de completa ruina.
Afortunadamente,
se mantiene en pie un pilar votivo de buenas proporciones, sencillo, robusto y
esbelto que, como la ermita, se sitúa en la margen izquierda del canal. Ese fue
el motivo que llevó a Pedro a visitar el lugar, además de su proximidad al
término municipal de Novillas.
Construido
en ladrillo tradicional, aparejado a soga, es de planta cuadrada y se levanta sobre
un basamento de mampostería de la zona. Su remate o cubierta se ha perdido,
pero parece intuirse que fue inclinada a una sola vertiente hacia su alzado
principal, algo poco frecuente. Se aprecian restos metálicos de la base de la
cruz, así como una cocción distinta de los últimos ladrillos, como si se
tratase de un recrecido.
Su único exorno es una
moldura de dos hiladas de ladrillo en voladizo en su fachada principal, que
coronan la hornacina, siguiendo el arco de la misma, en la cual falta la imagen
titular. En la parte baja de esta fachada y en la posterior hay dos mechinales.
En ese
mismo paraje se alza también una almenara, una antigua casa de dos plantas y
una hermosa noguera, ahora lógicamente sin hojas. Un bello lugar para visitar y
sobre todo para salvar al menos el pilar. Nuestros compañeros de la Asociación Cultural "El Patiaz" que han mostrado su preocupación por la ermita, pueden contribuir de manera decisiva a la completa recuperación del pilar.
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