Hemos
recibido el nº 35 de Naturaleza Aragonesa,
la revista que edita la Sociedad de Amigos del Museo de Ciencias Naturales de
la Universidad de Zaragoza. En ella se dedica un cariñoso recuerdo al Prof. D.
Eustoquio Molina Martínez, catedrático de Paleontología, recientemente
fallecido. Entre los artículos que incluye la revista debemos destacar el de
Luis Moliner y Samuel Zamora, titulado “Aragón en la nomenclatura
paleontólogica” haciendo referencia al Polyzygia
neodevonica aragonensis, un crustáceo ostrácodo encontrado en Tabuenca en
1986. También de Tabuenca proceden los fósiles que dieron nombre a dos nuevos
géneros Jenningsina (Aragonella) y Jenningsina (Aragonites) aunque el
primero fue invalidado posteriormente por el autor, pasando a ser utilizada la
otra denominación. Muy interesante es también el artículo de Joaquín Guerrero
Campo sobre “El visón americano. Situación actual en Aragón y problemática ante
la llegada del visón americano” en el que se relata cómo, desde finales del
siglo XX, se había detectado su presencia en ríos de Navarra y Rioja, desde
donde llegaron al Ebro y sus afluentes, entre ellos el Huecha, donde se
colocaron trampas para tratar de constatar su presencia que, al parecer, ha
sido comprobada. No ofrece cifras para nuestro río, pero sí se capturaron, en
2015, dos en el Quéiles, donde están presentes en buen número. Se piensa, sin
embargo, que su expansión es lenta, caso distinto del visón americano, una
especie invasora que amenaza al visón europeo y en cuyo rápido crecimiento tuvo
especial incidencia las liberaciones intencionadas efectuadas por
organizaciones animalistas en granjas de visones de La Puebla de Valverde y
Albalate del Arzobispo.
El nº
365 de la revista Goya, de la
Fundación Lázaro Galdiano, incluye como siempre interesantes artículos de los
que destacamos el de María Teresa Chicote Pompanín sobre “Las esculturas
funerarias de San Bartolomé de Belmonte (Cuenca), obra de Gregorio Bigarny
Pardo”. Ángel Rodríguez Rebollo y Javier Berdejo Vaquero estudian “El álbum de
dibujos de joyas de la Biblioteca Nacional de España y su relación con fondos gráficos
del Museo Lázaro Galdiano”, estableciendo la importancia de esa obra para el
estudio de la joyería española, vinculándola con los trabajos realizados en la
Real Fábrica de Platería de Madrid y con la propia Corona, como demuestran los
testimonios que ofrecen algunos retratos de sus miembros.
La
Asociación de Amigos de la Historia de Calahorra nos ha remitido el nº 23 de su
revista Kalakorikos, en la que
aparece un artículo de Victoria Eugenia Herrea sobre “El Ciprés, la custodia
gótica de la catedral de Calahorra”. Nos ha interesado especialmente el trabajo
de Ana Jesús Mateos, César J. Matero y Carmen Moreno sobre “La epidemia de
gripe de 1918-1919 en Calahorra”. Curioso es el estudio de Carlos Martín
Escorza sobre “La longitud del río Cidacos” que, desde finales del siglo XIX,
era estimada en unos 84 kilómetros y que, ahora, tras un minucioso trabajo ha
podido establecer en 88,566 kilómetros, desde su nacimiento hasta su
desembocadura en el Ebro. También queremos el artículo de Serafín Olcoz “Cuatro
Lope López en el reino de Aragón y Pamplona: el origen del linaje Almoravid, y
sus relaciones con Liédena, Calahorra y otras tenencias del valle del río Ebro”
en el que, tras una minuciosa investigación en la documentación conservada
identifica a cuatro personajes homónimos que fueron tenentes de numerosas
plazas, entre ellas Uncastillo, Ejea, Sos, Ricla y Calatayud.
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