Cuando,
a comienzos del siglo XVII, llegaron desde Zaragoza las religiosas que fundaron
el convento de Santa Clara trajeron consigo una imagen sedente de la Virgen
que, instalada después en el coro de su iglesia, ha presidido desde entonces la
vida conventual, constituyendo uno de sus más preciados tesoros, tanto por su
valor sentimental como por el hecho de ser la imagen de la Virgen más antigua
de nuestra ciudad.
Cuando
se creó el Museo de Santa Clara no quisimos que esta imagen perdiera el sentido
que sigue teniendo para la comunidad de religiosas, convirtiéndola en una mera
pieza a exponer. Por ello, en la sala dedicada a la fundación del convento se
colocó una fotografía de la misma y una reproducción a escala, realizada con el
molde que donó el escultor D. Carlos Arrabal. Con él, las religiosas han creado
otras copias que ellas mismas policroman y ofrecen a los visitantes del museo a
cambio de un donativo de 30 Euros.
Por
ello, nos ha sorprendido encontrar en una conocida página de Internet una de
esas copias en venta, aunque al precio de 100 Euros, lo que constituye un
sorprendente ejemplo de revalorización, superior al 300 % ya que, como sólo
existe un molde de la pieza, la que se ofrece ha tenido que salir del convento
de Borja, donde como hemos comentado se puede conseguir todavía.
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