lunes, 4 de febrero de 2019

In memoriam. Ana María Aznar Villabona


         Ayer nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Ana María Aznar Villabona una gran persona y excelente amiga con la que, no hace mucho, habíamos hablado telefónicamente y recibido su felicitación navideña en forma de vídeo.
         Nacida en Zaragoza, el 10 de enero de 1939, descendía por línea materna de Ainzón, localidad a la que siempre se sintió especialmente vinculada. Tras cursar sus primeros estudios en el colegio de Santa Ana de Zaragoza, se graduó como enfermera puericultora, aunque su trayectoria personal discurrió por otros derroteros.
         Casada con D. Ángel Romero Liñán, tuvo tres hijos: Ana Elena, Javier Ángel y Yolanda. La trágica muerte de su esposo y, más tarde, la de Yolanda, con tan sólo 18 años, afectaron profundamente su ánimo.

         Sin embargo, con gran tesón, supo proyectar su inmensa sensibilidad hacia el campo de la Poesía, publicando en 1997, su  primera obra, Poemas rotos, a la que siguió dos años después la titulada Haré del invierno poesía. Precisamente, la conocimos cuando se desplazaba a la Feria del Mercado de Borja para presentarlos en un pequeño puesto que instalaba junto al del Centro de Estudios Borjanos. Allí nació una amistad que se consolidó con el tiempo y que nos permitió seguir toda su trayectoria, disfrutando con los triunfos y reconocimientos que tanta ilusión le hacía, como los premios que le fueron otorgados o la transformación de algunos de sus poemas en obras musicales, merced al ilustre compositor de Ainzón D. Luis Fraca Royo, que fueron estrenadas por la Coral “Vientos del Pueblo” de Borja en 2000.




         Por todo ello quiso que nuestro Presidente fuera el prologuista de sus dos últimos poemarios:  Los puentes dorados de la nostalgia y Luz sobre ruinas, agrupados con el título genérico de “Aires Poéticos”, los cuales fueron presentados el 20 de diciembre de 2017, en el Centro Cultural del Patio de la Infanta de Zaragoza, en un acto perfectamente organizado, con asistencia de numerosas personas, en el que D. Fernando Gracia Guía puso voz a una selección de sus poemas, con el  la presentación de los dos libros de poemas de Ana María Aznar Villabona: Los puentes dorados de la nostalgia y Luz sobre ruinas, agrupados con el título genérico de “Aires Poéticos”.

Ana María estuvo acompañada por el Presidente del Centro de Estudios Borjanos, autor del prólogo de ambas obras, y de D. Fernando Gracia Guía, que puso voz a una selección de sus poemas,  con el acompañamiento musical del joven guitarrista José Luis Omedes, natural de La Codoñera.



         El Presidente del Centro glosó la trayectoria personal de Ana María y destacó sus múltiples virtudes como poetisa y como persona. Hizo alusión al mensaje que encierran sus composiciones surgidas desde el dolor ocasionado por la ausencia, pero proyectadas hacia un luminoso futuro que tiene su expresión en los hijos que le han acompañado en los momentos más difíciles y en esos nietos en los que ha depositado su esperanza, a los que animó a continuar devolviendo con creces ese cariño que vienen recibiendo. Resaltó también la importancia de Ainzón a la hora de forjar el carácter de la autora y a la larga amistad que viene manteniendo con ella, desde que de manera casi inesperada quedó cautivada por el tesón y la fuerza expresiva que ya manifestaba en sus primeras obras.



Fue especialmente emocionante la proyección de unos bellísimos documentales, realizados por su hija Ana Elena, en los que su nieto Kike Martínez, ausente de España, quiso sumarse a este homenaje recitando algunas de las poesías de su abuela. Para Ana María fue el justo homenaje que merecía, arropada por el calor de su familia y por las muchas personas que quisieron sumarse a él.

Todavía recordamos la ilusión con la que, el pasado mes de agosto, nos comentó su participación en un concurso literario convocado en Argentina, mostrándonos el Diploma que había recibido por su contribución con el “Perpetuando tu recuerdo”.




Cuando la fuerza vital que supo transmitir a través de su poesía se quebró ayer, debemos poner de manifiesto que también su recuerdo permanecerá vivo entre todos los que tuvimos la suerte de conocerla y compartir sus ilusiones con ella. A sus hijos y nietos nuestro más cariñoso recuerdo en estos momentos. Descanse en paz Ana María, una gran colaboradora de nuestro Centro y una gran poetisa de nuestra tierra que nos deja su obra, pero sobre todo su ejemplo a la hora de vencer con ilusión y tenacidad cualquier tipo de adversidad.

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