Ayer
nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Ana María Aznar Villabona una
gran persona y excelente amiga con la que, no hace mucho, habíamos hablado
telefónicamente y recibido su felicitación navideña en forma de vídeo.
Nacida
en Zaragoza, el 10 de enero de 1939, descendía por línea materna de Ainzón,
localidad a la que siempre se sintió especialmente vinculada. Tras cursar sus
primeros estudios en el colegio de Santa Ana de Zaragoza, se graduó como
enfermera puericultora, aunque su trayectoria personal discurrió por otros
derroteros.
Casada
con D. Ángel Romero Liñán, tuvo tres hijos: Ana Elena, Javier Ángel y Yolanda.
La trágica muerte de su esposo y, más tarde, la de Yolanda, con tan sólo 18
años, afectaron profundamente su ánimo.
Sin
embargo, con gran tesón, supo proyectar su inmensa sensibilidad hacia el campo
de la Poesía, publicando en 1997, su
primera obra, Poemas rotos, a
la que siguió dos años después la titulada Haré
del invierno poesía. Precisamente, la conocimos cuando se desplazaba a la
Feria del Mercado de Borja para presentarlos en un pequeño puesto que instalaba
junto al del Centro de Estudios Borjanos. Allí nació una amistad que se
consolidó con el tiempo y que nos permitió seguir toda su trayectoria,
disfrutando con los triunfos y reconocimientos que tanta ilusión le hacía, como
los premios que le fueron otorgados o la transformación de algunos de sus
poemas en obras musicales, merced al ilustre compositor de Ainzón D. Luis Fraca
Royo, que fueron estrenadas por la Coral “Vientos del Pueblo” de Borja en 2000.
Por
todo ello quiso que nuestro Presidente fuera el prologuista de sus dos últimos
poemarios: Los puentes dorados de la nostalgia y Luz sobre ruinas, agrupados con el título genérico de “Aires
Poéticos”, los cuales fueron presentados el 20 de diciembre de 2017, en el
Centro Cultural del Patio de la Infanta de Zaragoza, en un acto perfectamente
organizado, con asistencia de numerosas personas, en el que D. Fernando Gracia
Guía puso voz a una selección de sus poemas, con el la presentación de los dos libros de poemas de
Ana María Aznar Villabona: Los puentes
dorados de la nostalgia y Luz sobre
ruinas, agrupados con el título genérico de “Aires Poéticos”.
Ana María estuvo
acompañada por el Presidente del Centro de Estudios Borjanos, autor del prólogo
de ambas obras, y de D. Fernando Gracia Guía, que puso voz a una selección de sus
poemas, con el acompañamiento musical
del joven guitarrista José Luis Omedes, natural de La Codoñera.
El
Presidente del Centro glosó la trayectoria personal de Ana María y destacó sus
múltiples virtudes como poetisa y como persona. Hizo alusión al mensaje que
encierran sus composiciones surgidas desde el dolor ocasionado por la ausencia,
pero proyectadas hacia un luminoso futuro que tiene su expresión en los hijos
que le han acompañado en los momentos más difíciles y en esos nietos en los que
ha depositado su esperanza, a los que animó a continuar devolviendo con creces
ese cariño que vienen recibiendo. Resaltó también la importancia de Ainzón a la
hora de forjar el carácter de la autora y a la larga amistad que viene
manteniendo con ella, desde que de manera casi inesperada quedó cautivada por
el tesón y la fuerza expresiva que ya manifestaba en sus primeras obras.
Fue especialmente
emocionante la proyección de unos bellísimos documentales, realizados por su
hija Ana Elena, en los que su nieto Kike Martínez, ausente de España, quiso
sumarse a este homenaje recitando algunas de las poesías de su abuela. Para Ana
María fue el justo homenaje que merecía, arropada por el calor de su familia y
por las muchas personas que quisieron sumarse a él.
Todavía recordamos la
ilusión con la que, el pasado mes de agosto, nos comentó su participación en un
concurso literario convocado en Argentina, mostrándonos el Diploma que había
recibido por su contribución con el “Perpetuando tu recuerdo”.
Cuando la fuerza vital
que supo transmitir a través de su poesía se quebró ayer, debemos poner de
manifiesto que también su recuerdo permanecerá vivo entre todos los que tuvimos
la suerte de conocerla y compartir sus ilusiones con ella. A sus hijos y nietos
nuestro más cariñoso recuerdo en estos momentos. Descanse en paz Ana María, una
gran colaboradora de nuestro Centro y una gran poetisa de nuestra tierra que
nos deja su obra, pero sobre todo su ejemplo a la hora de vencer con ilusión y
tenacidad cualquier tipo de adversidad.
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