martes, 15 de octubre de 2019

La evolución del Patrimonio arquitectónico de Purujosa


         Purujosa es una localidad enriscada en uno de los parajes más bonitos de nuestra zona. Hasta allí llegó también la despoblación, haciendo temer por su supervivencia como municipio pero, aunque su censo es muy reducido, la recuperación de sus monumentos y de buena parte del casco urbano constituye un sorprendente ejemplo que ha sido posible gracias al entusiasmo de las personas que allí tenían sus raíces.








         La iglesia parroquial de El Salvador puede servirnos de imagen de ese cambio que comentamos. Tenemos imágenes del pasado siglo en las que su maltrecha fachada emergía en unas calles en las que comenzaba a crecer la maleza. Las fotografías más recientes nos ofrecen una visión radicalmente distinta. El templo restaurado por dentro y por fuera, las calles pavimentadas y las casas próximas acertadamente rehabilitadas constituyen la demostración de que todo es posible cuando hay voluntad y entusiasmo.





         El otro monumento de interés es la ermita de la Virgen de Constantín, un templo rupestre que también ha sido completamente restaurado y en cuyo edificio anexo reside un sacerdote ermitaño. Aunque el nombre de esta advocación mariana es relacionado en el imaginario popular con la figura del emperador Constantino, lo cierto es que en el siglo XII está documentada la existencia en la zona de un ermitaño llamado Constantín. La imagen de la Patrona de Purujosa ha sido objeto de especial devoción por parte de otras localidades de la zona y, todavía, los vecinos de Talamantes acuden cada año en romería hasta la ermita.




         Como ejemplo de la recuperación de la trama urbana y de los edificios que la componen, ofrecemos estas dos imágenes. La primera de ellas es la de una vivienda que ocupa el lugar donde se alzó el desaparecido castillo, pues la localidad era fronteriza con Castilla en este sector de la Raya aragonesa.



         Otro hecho llamativo es la rehabilitación, realizada por su propietario, de una antigua era, excelente ejemplo de la tipología de este tipo de elementos utilitarios populares.



         También han sido recuperados los antiguos pilares que hubo en su término. El de la Virgen de la Leche, ubicado en la confluencia de los barrancos de la Virgen y de Cuartún, fue restaurado con los mismos materiales.





         El de San Ramón que estaba situado en el lugar de la primera fotografía, donde también se pueden ver edificios rehabilitados, ha sido rehecho de forma parecida a su aspecto original.
         Aunque en la localidad están empadronadas 36 personas, las que residen habitualmente allí son muchas menos. Sin embargo, el número de visitantes ha experimentado un notable crecimiento, atraídos por la belleza de “la cara oculta del Moncayo”, de sus zonas de escalada e incluso por sus yacimientos paleontológicos (en este caso lugar de destino de investigadores de muchos lugares). Para atenderlos, el municipio cuenta con el albergue de San Ramón que ha tenido que ser ampliado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario