A raíz de la publicación de la fotografía de la iglesia de San Bartolomé de Borja que nos había remitido D. Javier Bona, D. Miguel Casabona añadió en nuestra página de Facebook otras fotografías antiguas de iglesia borjanas, que merece la pena comentar. En una de ellas se ve la nave central de la colegiata de Santa María.
Lo primero que llama la atención en
ella es la ausencia de los bancos ahora existentes pues en aquella época
(comienzos del siglo XX) no los había en ningún templo. Se ve también la verja
que cerraba el presbiterio y delante de ella los dos bancos que utilizaba la
corporación municipal cuando asistía a alguna función religiosa. El resto del
tiempo permanecían protegidos por unas “fundas” de madera para impedir que
otras personas se sentaran en ellos. A la izquierda del retablo mayor, se ve
una imagen bajo dosel, lo que nos indica que se estaba celebrando una novena.
No es posible distinguir de qué imagen se trata ¿Quizás el Sagrado Corazón?
Estas dos fotografías corresponden a
otras pandas del claustro de Santa María. En la primera de ellas pueden verse
una serie de sillas, en algunas de las cuales hay personas sentadas. Decimos
“personas” porque junto a la que se ve perfectamente al fondo, en otra se
aprecian unas fantasmales piernas que corresponden a otra que la exposición de
la foto no ha captado.
Esas sillas que también se ven junto a
la capilla del Cristo del Arca en la otra imagen son las que se utilizaban por
las personas que acudían a los actos religiosos. A falta de bancos cada persona
o cada familia tenían sus sillas (muchas de ellas también se podían utilizar
como reclinatorios) que traían de casa o, con mayor frecuencia, guardaban en la
iglesia. Todavía hemos llegado a conocer la sacristía de la capilla de San José
dedicada a ese cometido, cuando seguían siendo utilizadas, aunque ya había
bancos. Para identificarlas, muchas de las sillas llevaban el nombre, apellidos
o iniciales de sus propietarios marcados con clavos en la tabla superior del
respaldo.
Estas otras dos fotografías son de la
iglesia del convento de la Concepción en la que, como puede apreciarse, tampoco
había bancos salvo los adosados a los pilares de las capillas. La verja del
presbiterio se mantuvo hasta que fue colocada dividiendo, en la nave, el espacio
dedicado a la comunidad.
Colgando de la cúpula del crucero se ve
como una gran bolsa de tela. Era el sistema utilizado para proteger a las
“arañas” de cristal que, como refuerzo de la iluminación se empleaban en las
grandes ocasiones. El resto del tiempo se izaban, protegidas con una bolsa de
tela, hasta lo alto. Lo mismo ocurría en Santa María y en otros templos.
Finalmente, esta imagen corresponde al
interior de la iglesia del antiguo convento de dominicos. Dedicada a San Pedro
Mártir, era conocida como iglesia de Santo Domingo. Desde finales del siglo
XIX, cuando volvió a ser utilizada como templo, allí tenían su sede la
Congregación Mariana y las Hijas de María. Es significativo que en ella había
bancos, pocos y de peculiar diseño, pero dispuestos para ser utilizados por los
niños, a los que el empleo de reclinatorios propios hubiera resultado sumamente
complicado.
A la derecha de puede ver el altar
dedicado a la Inmaculada, propia de las Hijas de María. Al otro lado estaba el
de San Luis Gonzaga, de la Congregación Mariana. En el banco del altar se ven
los dos bajorrelieves que hoy se pueden contemplar en la sala VI del Museo de
la Colegiata, mientras que el expositor del centro está en la sala III.
Interesantes fotografías, completamente
inéditas, que al parecer proceden del mismo fondo de la que nos envió D. Javier
Bona.
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