Si ayer al hablar de ese gran depósito de coches establecido en el solar de la antigua azucarera de Luceni, señalábamos la conservación de su gran chimenea como un símbolo, junto con algunas otras naves que son utilizadas para nuevas funciones en la campa.
En esta antigua fotografía que tenemos
en nuestro archivo puede verse a la chimenea rodeada por instalaciones fabriles
ya desaparecidas. Pero hoy queremos referirnos a aquellos edificios,
relacionados con la azucarera, que se han mantenido.
En el exterior del recinto industrial se
levantaron una serie de viviendas, de una sola planta, para los trabajadores, las
cuales siguen en uso. Pero el edificio más importante es el de las antiguas
escuelas para los niños que fueron construidas en 1926.
Con la capilla en el centro, a ambos
lados de la misma se disponían los locales destinados a escuelas de niños y de
niñas. Es un conjunto interesante en el que destacan las fajas de ladrillo que
enmarcan los paños y los vanos.
En la espadaña del templo aún se
mantiene la campana, mientras que sobre ella se ha aposentado una pareja de cigüeñas.
Destacan también los grandes óculos acristalados que se abren en la cabecera y
los pies de la nave.
Nunca hemos visitado su interior pero en la página web del Ayuntamiento se puede ver esta fotografía del mismo. También hemos sabido que, durante un tiempo, albergó a la biblioteca municipal por obras en su anterior emplazamiento.
En una de sus alas está ubicada la Escuela
de Música “Emiliano Garcés de Elorri”, en recuerdo de ese gran enamorado de la
Música que, en 1983, comenzó a enseñar a los niños y puso en marcha la primera
Banda.
La otra parece ser que está destinada a
guardería infantil, como dedujimos de los juegos que pueden verse en la parte
posterior del edificio, que cuenta con espacio ajardinado con bancos.
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