El que ahora se denomina “Parque del río Ebro” se llamaba originalmente “Parque del Matizal” por la zona en la que se ubica. Fue construido en 1965 por el Plantel de Extensión Agraria, ganando terreno Ebro que, según D. José Antonio Preciado, pasaba rozando las casas de la localidad. Era de dimensiones mucho más reducidas que las actuales.
De aquella época se conserva lo que, a
primera vista, pudiera parecer un pilar o peirón, por su forma circular, aunque
en realidad es una fuente integrada en lo que quiso ser un monumento al labrador,
estando rematado por las uñas de un arado de hierro.
Conserva el logotipo del Servicio de
Extensión Agraria que había sido creado en 1955, siendo Ministro de Agricultura
D. Rafael Cavestany. A través de sus Agencias de Extensión Agraria y de los
Planteles que de ellas dependían, desarrolló una gran labor de formación de
jóvenes agricultores. Posiblemente, este monumento es uno de los pocos
testimonios que se han conservado de sus iniciativas. En el caso concreto de
nuestra zona, el paseo de Vera de Moncayo al monasterio de Veruela que fue otra
de sus creaciones, al que ya dedicamos un artículo, no conserva ninguna
referencia al plantel de jóvenes que lo crearon.
El parque fue creciendo y se instalaron
juegos para niños y aparatos para uso de las personas mayores, así como una
pista para el juego de la petanca.
También dispone de una construcción con
siete instalaciones para la realización de barbacoas y una zona de mesas con
sus correspondientes bancos.
Sería conveniente borrar una pintada de
exaltación al terrorismo allí existente, desde hace tiempo, así como las que
hay en la zona de barbacoas, junto con la suciedad acumulada.
La bonita valla de madera que cierra
este espacio en la parte orientada hacia el Ebro y la reposición de las plantas
que conforman los setos, contribuyen a la mejoría de este agradable parque cuyo
aspecto mejora aún más, cuando se podan todos.
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