La Casa de la Estanca es uno de los monumentos más importantes de nuestra ciudad. Declarado Bien de Interés Cultural en 2001, es un magnífico ejemplo de la arquitectura mudéjar, del que además se conoce el nombre del maestro de obras que lo realizó: el morisco Antón de Veoxa, el mismo que construyó la Casa Consistorial e intervino en varias reformas de la colegiata de Santa María.
Tras su restauración por el M. I. Ayuntamiento
es posible disfrutar de la belleza de su arquitectura y la de ese privilegiado
entorno natural de la Estanca. Además, existe el propósito de instalar en su
interior un Centro de Interpretación de la misma y un observatorio de aves que incrementará
los atractivos de ese espacio situado a unos ocho kilómetros del casco urbano
de Borja.
Sin embargo, en las fotografías
captadas por Enrique Lacleta puede advertirse el impacto visual que ocasionan
los gigantescos aerogeneradores instalados recientemente en ese lugar. Ignoramos
las limitaciones legales que pueden existir respecto a la proximidad con
monumentos declarados, pero es evidente que resulta una presencia detonante.
Ya en su momento llamamos la atención
sobre el hecho de que, para poder instalar los parques eólicos en la Muela fue
preciso retirar la protección dispensada a ese paraje como espacio natural.
Aquí, como en otras muchas localidades, primaron los intereses económicos,
dignos de ser tenidos en cuenta, con los razonables límites pues, de lo contrario,
Aragón va a terminar convirtiéndose en un inmenso bosque de molinos.
Llamamos la atención sobre la garza
real en reposo que aparece en la primera de esas dos últimas fotografías, que
aquí hemos ampliado. No sabemos de qué manera afectan los molinos a todo ese
amplio conjunto de aves que allí existen.
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