Uno de los elementos más importantes de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial era la costumbre de la venta del agua del Campo, al atardecer los meses de verano en la puerta de la Casa Consistorial, de acuerdo con un rito secular. Pero, mientras en otros lugares ponen especial empeño en mantener estas tradiciones, nosotros las dejamos perder con ligereza aduciendo razones propias de quienes no saben valorar lo que tienen. Es como si en Valencia decidieran suprimir el Tribunal de las Aguas (por cierto, declarado Patrimonio de la Humanidad), alegando que los tiempos han cambiado.
Afortunadamente, el último “vendedor”,
cuando era Ministro del Sindicato de Riegos, D. Alfredo Sánchez Pablo, se esfuerza
por mantener el recuerdo de aquellas ventas, aunque sea en forma de recreación.
Lo ha hecho en varias ocasiones y aún
recordamos una memorable intervención suya en Aragón TV, donde destacó su importancia,
aunque no le dejaron “cantar” la venta. Lo hará hoy sábado, a partir de las
siete de la tarde, en el lugar donde siempre tuvo lugar. Pudiera parecer un
acto para nostálgicos, pero sería conveniente que también asistieran los jóvenes
para conocer lo que, de forma insensata, dejamos perder.
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