En la crujía donde se encuentra el acceso a los claustros, desde el exterior del templo, se encontraba una capilla que, inicialmente, estuvo dedicada a la Virgen de las Nieves y en la que, posteriormente, se instaló el Baptisterio.
Desgraciadamente, no disponemos de imágenes
de cuando la capilla cumplía ese cometido y en donde muchos borjanos recibieron
las aguas bautismales, hasta que las nuevas normas litúrgicas obligaron a
trasladar la pila bautismal a otro lugar. Fue entonces cuando fue dedicada a San
Judas Tadeo.
La pila bautismal fue llevada a la
capilla de San Esteban, en el interior de la nave del templo, al igual que una vidriera
que había en el baptisterio, representando el Bautismo de Cristo. Pronto quedó
en desuso, dado que una nueva reforma impuso la celebración comunitaria de los
bautizos en el presbiterio, utilizando una pila portátil.
La restauración del claustro hizo que
fuera retirada la reja que cerraba el baptisterio, siendo reinstalada en la actual
capilla de San Isidro, como comentamos al tratar de esta última.
Mientras tanto, el baptisterio y la
sacristía contigua de la capilla del Carmen terminaron siendo demolidos. En la
primera de estas tres imágenes puede verse como era su interior, con esa cúpula
plana sobre pechinas con la que se cubría.
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