Ya informamos sobre el accidente acaecido en el interior de la ermita del Sepulcro y ahora disponemos de esta imagen de lo que encontraron los que fueron a preparar la Salve Galana. La gran cristalera que cerraba la urna o escaparate, donde se encuentra la reproducción del Cristo yacente, se había desprendido sobre el primero de lo bancos, rompiéndose el marco y fracturándose el cristal que, contra lo que opinábamos, era doble y único, siendo meramente decorativos los baquetones.
Ayer, el marco estaba adosado a la
pared y se habían retirado los fragmentos de cristal, pero el ánimo de todos
estaba presente la preocupación por lo que podría haber ocurrido si hubiera caído
cuando el público llenaba la ermita. Y la pregunta que todos se formulaban era
¿Cómo nadie se había dado cuenta del mal estado de su sujeción? Teniendo en cuenta
unas obras de restauración no demasiado lejanas.
Hay que reponer lo antes posible esa
cristalera, cerrando esa urna avenerada cuyo fondo era un lienzo que, con todos
los restantes de la ermita fueron llevados al Museo de la Colegiata. Al retirarlo
se ha podido constatar que, en el siglo XVIII, ya había aficionados a pintar
grafitos en las paredes.
Para los amigos de lo ajeno tenemos que
recordar que la imagen de Cristo es una reproducción; la de la Virgen se lleva
a la ermita el día de la Salve y la decoración está constituida por vinilos con
la reproducción fotográfica de las antiguas pinturas, ahora en el Museo de la
Colegiata, donde van a ser restauradas.
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