Añón
es una localidad de la comarca de Tarazona y el Moncayo que se encuentra
ubicada en la cabecera alta del valle del Huecha.
Perteneció
a la Orden del Temple y, tras la extinción de la misma pasó a poder de la Orden
de San Juan de Jerusalén, constituyendo la encomienda de Añón-Talamantes.
Uno de los alicientes
de este municipio es la belleza de su emplazamiento y lugares tan atractivos
como las cuevas del Rey, pero aquí nos centraremos en su patrimonio
arquitectónico.
Entre sus monumentos destaca la iglesia parroquial de la Asunción de
Nuestra Señora. El templo actual es fruto de varias transformaciones
realizadas en el transcurso de su historia. Inicialmente hubo una iglesia
románica, edificada en el siglo XIII, de la que se conserva una parte del muro
sur donde se abre la antigua portada.
Presenta cinco
arquivoltas que apoyan en pilares rectos con capiteles decorados. Los tres
originales que se conservan presentan una decoración realizada con elementos
vegetales y aves. Hay otros sin decoración que corresponden a una restauración
reciente en la que fueron reemplazados los primitivos capiteles muy
deteriorados.
En ese mismo muro se
encuentra otra portada románica, en arco de medio punto, más sencilla, con
doble arquería sobre impostas y jambas cuya finalidad no ha sido establecida,
pues no es frecuente la existencia de dos puertas de acceso tan próximas.
En la actualidad, la iglesia es de una sola nave,
dividida en seis tramos que se cubren con bóveda de lunetos que descansa en
arcos apuntados de piedra. No es la original, pues la primitiva debió ser una cubierta de madera sobre arcos fajones
apuntados.
El presbiterio tiene
una estructura poligonal con cubierta de crucería sencilla, de época gótica. En
el lado norte se abre una capilla, construida a mediados del siglo XVII, con
una cúpula rebajada sobre pechinas. Entre los contrafuertes de los muros se abren
varias capillas de escasa profundidad.
Son muy interesantes el
conjunto de retablos, la mayoría de época barroca, aunque también se conserva
uno del siglo XVI.
Se
conserva la parte inferior de la torre, correspondiente a la época de
construcción del primitivo templo. Sobre ella se levantó un cuerpo posterior en
ladrillo que ha desaparecido.
Al
pie de la población, junto al cauce del río Huecha, se encuentran los restos de
la antigua ermita de San Juan Bautista.
Esta advocación viene justificada porque la población perteneció, durante
siglos, a la Orden de San Juan de Jerusalén.
Arruinada
desde hacía mucho tiempo, en 2006, sus restos cubiertos por la hiedra fueron
limpiados, pudiendo apreciarse, en la actualidad, las características
fundamentales que tuvo el monumento, aunque la retirada de los escombros
amenaza la supervivencia de los muros conservados que son de mampostería de
cantos rodados trabados con argamasa. Se trataba de un templo románico de
planta única con ábside semicircular que pudo cubrirse con bóveda de medio
punto sobre arcos fajones que puede ser datado en la primera mitad del siglo
XIII.
En
el muro sur se abría la portada de acceso de la que se conservan la parte
inferior de los fustes de las columnas que la flanqueaban. No tenía torre, sino
una espadaña en el hastial que, todavía, se aprecia.
El
castillo es uno de los mejor conservados
de la zona. Edificado en mampostería, con sillares en sus esquinas, es de planta
cuadrangular, con torreones rectangulares en sus extremos, más otro situado en
el muro norte que cobija a la puerta de entrada.
Tiene ésta una
disposición en ángulo diseñada para facilitar la defensa. Tras atravesar el
arco de medio punto de la primera puerta que todavía conserva las gorroneras y
el hueco para la tranca o viga de madera que la reforzaba, se accede a un
espacio cuadrangular en el que, formando ángulo recto con la anterior, se abre
otra también de medio punto, seguido de otro rebajado, desde el que se accede
al gran patio de armas por medio de un magnífico arco apuntado de sillares bien
trabajados.
En la actualidad, el castillo está
distribuido en viviendas y una de ellas ha sido adaptada como Casa Rural.
Recientemente, dimos cuenta en este blog de alguno de los hallazgos realizados
durante las obras.
Apoyados
en el castillo y en la iglesia parroquial se conservan varios tramos de las
antiguas murallas, realizadas con los mismos materiales que ambos edificios.
También pueden verse algunos de los torreones que las flanqueaban, de trecho en
trecho. De ellos, el contiguo a la iglesia es utilizado, actualmente, como
vivienda. Sin lugar a dudas, es uno de los conjuntos de arquitectura militar
más importantes y mejor conservados de la zona. A pesar de las pérdidas
sufridas, entre ellas la de una de las puertas de acceso a la población, la
llamada “Puerta Alta” que fue destruida a mediados del siglo XX.
Afortunadamente, se
mantiene la puerta de la Virgen del Río, con un arco apuntado, recientemente
restaurado, por la que se accede al paseo que conduce a las cuevas antes
citadas, próximo a las cuales se puede contemplar un puente medieval.
En
Añón se encuentra uno de los tres centros de interpretación del Parque Natural
del Moncayo. Instalado en los bajos de un edificio, dispone de una amplia sala
en la que, en forma de diorama se muestran los recursos y aprovechamientos
naturales del parque.
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