Boquiñeni
es una localidad que perteneció al antiguo Partido Judicial de Borja y que, en
la actualidad, forma parte de la comarca de la Ribera Alta del Ebro.
El
17 de diciembre de 1128, Alfonso I efectuó una donación a Mirón Pedro de varias
iglesias, junto con los honores de Boquiñeni y Luceni. Más tarde, ese personaje
cedió sus derechos en las iglesias de Boquiñeni y Razazol a la Orden del
Temple. Inicialmente, perteneció a la encomienda de Novillas y luego fue
encomienda independiente, hasta la extinción de la orden, pasando entonces a la
Orden de San Juan de Jerusalén, dentro de la encomienda hospitalaria de
Novillas. En 1452, fue vendida a D. Bartolomé de Reus, señor de Luceni y
continuó como señorío secular, hasta el siglo XIX, dentro de las posesiones de
los condes de Fuenclara.
De
los templos que llegaron a existir en su término no ha llegado ninguno hasta
nuestros días. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es de
construcción moderna, aunque en su interior se conservan algunos retablos
procedentes del antiguo templo.
También es de
edificación reciente la ermita de San Miguel, levantada en las proximidades de
la primitiva.
En
estas imágenes puede verse la evolución de la Casa Consistorial y del edificio
contiguo, tras las reformas efectuadas el pasado siglo.
Tampoco se ha
conservado el edificio del antiguo Casino Agrícola que aparece en la imagen
anterior.
Se mantienen, no obstante,
dos casas blasonadas a las que corresponden estas imágenes antiguas.
Por otra parte, hace
unos años fue reconstruida la antigua barca pontón que, como símbolo de la
localidad, fue incorporado a su escudo heráldico.
Otros
elementos de interés lo constituyen la caseta de bombeo, construida en 1920,
para la elevación del agua de riego, en la que se pretende instalar un museo; y
la almenara del Reguero en el Canal Imperial.
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