Para
la mayor parte de los actuales vecinos de Borja, el nombre de Natividad Zaro
Casanova es completamente desconocido, a pesar de ser una mujer que destacó en
diversos campos de la Cultura en épocas relativamente recientes. Félix Romeo
quiso escribir su biografía, aunque el proyecto quedó truncado por su prematura
desaparición. No obstante, se ocuparon de ella Antón Castro, Mariano García y
Juan Villalba en sus respectivos blogs. Este último llegó a dedicarle una serie
de siete artículos. Su faceta teatral fue destacada en “La fábrica de la
memoria”, un proyecto dedicado a la recuperación de la memoria de las mujeres,
del que procede la fotografía precedente.
Nosotros
la incluimos en nuestro Diccionario
Biográfico, donde se indicaba que había nacido en Borja en 1905. La fecha
de su nacimiento es objeto de cierta controversia y, por ejemplo, Juan Villalba
se decantaba por el año 1909. El problema sería fácil de resolver ya que, sin
ningún género de dudas, vino al mundo en nuestra ciudad, de donde eran tanto su
padre como su madre, pertenecientes a familias que todavía perduran aquí. El
padre era el Jefe de la Oficina de Correos de Borja y Nati, como siempre fue
conocida, cursó sus primeros estudios en el colegio de Santa Ana. De hecho, en 1926,
tras abandonar sus estudios de Filosofía y Letras, aprobó las oposiciones para
el Cuerpo de Auxiliares de Correos y Telégrafos, en el que su permanencia fue
muy corta ya que la joven borjana decidió seguir su vocación de actriz.
Siendo
muy niña ya había destacado en Borja, como recitadora de poesía. Mariano García
recordaba que Heraldo de Aragón se
había hecho eco de sus primeros pasos sobre los escenarios.
Eugenio Montes |
Sus
inquietudes le llevaron a Madrid, donde se instaló antes que el resto de la
familia, probablemente para cursar la carrera que, como hemos dicho, abandonó
después de haber estado matriculada durante cuatro años. Durante aquel tiempo,
solía acudir a las tertulias que protagonizaban los principales intelectuales
del momento. En la de Valle-Inclán conoció a Lorca, Buñuel y al que sería su
compañero el resto de su vida, Eugenio Montes. Es probable que fuera allí
también donde mostrara sus habilidades como recitadora a César González Ruano que
fue su mentor inicial y con quien debutó en la Unión Iberoamericana, recitando
poemas de Gabriela Mistral y Dulce María Loynaz, entre otras grandes escritoras
americanas.
El
éxito alcanzado le permitió multiplicar sus actuaciones a lo largo del año
1927, preparando el salto al mundo del teatro que era lo que realmente le
interesaba. Su descubridor fue Cipriano Rivas Cherif quien quedó cautivado por
la belleza de Nati. Este destacado hombre de letras que, por otra parte, era
cuñado de D. Manuel Azaña, acababa de superar una crisis personal y una enfermedad
y, con el apoyo de Nati y de otras personas puso en marcha un nuevo proyecto de
teatro experimental con la creación de la compañía de “El Caracol” que, como
comentaba Nati en una entrevista al Heraldo
de Aragón, estaba “bien orientada por Azorín y otros intelectuales, ávidos
de introducir modernidad a nuestro teatro”.
La
vida de la compañía fue efímera ya que fue clausurada por la policía el 6 de
febrero de 1929. Sin embargo, el éxito alcanzado por Nati le permitió
integrarse como primera actriz en la compañía del acto Manrique Gil. De esa
época es la conocida anécdota de su intento de representar a Don Juan en el
Tenorio, pues el papel de Doña Inés la parecía poco rompedor. No pudo
conseguirlo, pues su atrevimiento fue vetado por las autoridades, a pesar de
que habían anunciado su presencia en el teatro D. Gregorio Marañón y D. Luis Jiménez
de Asúa, entre otras personalidades del momento.
También
formó parte de las compañías del Teatro Muñoz Seca y del Teatro Español, aunque
su actividad superó los límites de la escena, al ser también autora de obras
teatrales propias como Hombre en tres
espejos, Jugando a los fantasmas
y También la guerra es dulce, con la
que ganó un Accesit al Premio Teatro Lara.
Además,
tradujo y adaptó obras de otras autores en diferentes etapas de su vida. En la
revisión que hemos efectuado, intentando adquirirlas, hemos tenido conocimiento
de su intervención en las siguientes: Todo
en el jardín, de Edward Albee; Entertaining
Mr Sloane, de Joe Orton el famoso escritor homosexual inglés que murió
asesinado por su compañero. La obra se tradujo como El realquilado. Del napolitano Eduardo de Filippo, otra de las grandes
figuras del teatro del siglo XX y senador de la República italiana, al que
conoció en Roma, Nati tradujo Ciao, Antonio Barracano, mientras que del escritor
norteamericano Sam Locke adaptó La mujer
del cabello rojo, una de sus obras de mayor éxito, pues se representó en
teatros de todo el mundo durante más de 30 años.
Nati
tampoco fue ajena al mundo de la televisión, para el que trabajó adaptando
algunas obras como La ciudad muerta
de Gabriele D'Annunzio o La profesión de
la señora Warren del Premio Nobel George Bernard Shaw. Su importantísima relación
con el cine será objeto de atención en otro artículo.
Eugenio Montes a la izquierda con Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández Cuesta (Medalla de Oro de la ciudad de Borja) |
Terminaremos
aquí con una alusión al que, como hemos señalado, fue su compañero durante
buena parte de su vida y con el que contrajo matrimonio tras el fallecimiento
de su primera esposa: Eugenio Montes. De él se pueden resaltar muchas cosas,
desde su participación en la fundación de Falange Española hasta su pasión por
el periodismo, al que llevó a cotas difícilmente alcanzables, pues Eugenio
Montes fue un maestro en el empleo del idioma. Corresponsal en diversas capitales
europeas, su recuerdo está unido a Roma, donde vivió mucho tiempo con Nati, a
la que sobrevivió cuatro años, pues murió el 28 de octubre de 1982, mientras
que nuestra ilustre paisana falleció en 1978.
Es
probable que quien, sin excesivo conocimiento de uno y otro personaje, se
acerque a la figura de Natividad Zaro pueda encasillarla dentro de una
determinada opción política, cuando nada
se aleja más de la realidad ya que Nati fue una luchadora durante toda su vida,
una mujer que se abrió paso en un mundo que, todavía, era excesivamente
masculino y en el que abrió nuevas vías, en algunos casos luchando contra
corriente en el ámbito personal y en el profesional. Lo veremos, de manera
llamativa, al tratar de su relación con el mundo del cine.
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