Se celebró el Centenario de la Adoración Nocturna en Borja

            La Sección de Adoradores Nocturnos de Borja celebró el pasado sábado 13 de junio el I Centenario de su fundación, con asistencia de representaciones de adoradores procedentes de diversos lugares de España con sus banderas.

            Enrique Lacleta nos ha remitido unas hermosas imágenes de algunos de los actos programados. En concreto de la Solemne Eucaristía presidida en la antigua colegiata de Santa María por el Sr. Obispo de la Diócesis con el que concelebraron varios sacerdotes.  Especialmente emocionante fue el momento de la Consagración, cuando la bandera de la Sección de Borja fue rendida por su portador, al no poder hacer lo mismo con todas las restantes, debido a su elevado número.

            Al finalizar la Santa Misa, el Santísimo Sacramento fue colocado en la custodia de las Minervas y, seguidamente, el viril fue dispuesto en la custodia de la peana procesional en la que, cada día del Corpus Christi, desfila por las calles de la ciudad.

            Así lo hizo también en esta ocasión, acompañado por todos los asistentes y las banderas de las diferentes secciones que, como hemos señalado, habían llegado desde diferentes lugares.

            En la procesión estuvo presente el nuevo Alcalde de la Ciudad, D. Eduardo Arilla Pablo, siendo el primer acto al que ha asistido tras su toma de posesión. Estuvo acompañado por tres concejales de la nueva corporación, aunque todos ellos habían formado parte de la anterior. Algunas personas se han preguntado por qué, en esta ocasión, el Sr. Obispo no llevaba mitra ni solideo. La razón es que, en presencia del Santísimo Sacramento deben ir descubiertos. De hecho, durante la celebración de la Misa, todos han podido percatarse que, al iniciarse el canon, los obispos se desprenden del solideo. 

            Aprovechando el emplazamiento de la custodia de las Minervas, sin viril, Enrique Lacleta realizó estas bonitas fotografías, antes de que regresara la procesión, como recuerdo de una jornada intensa que se prolongó durante la noche con los distintos turnos de adoradores efectuando sus velas ante el altar.