A
través de la Profª. Dª. Rebeca Carretero ha regresado a nuestro Centro esta
pequeña pieza de nuestras colecciones que había sido sometida a análisis, en el
transcurso del estudio que realizó D. Javier Delgado sobre diversos frontales
de altar de nuestra zona.
Porque
se trata del único resto conservado del frontal que existió en la antigua
parroquia de San Miguel de Borja, el cual nos fue entregado por D. Francisco
Domínguez Pablo.
De
todos es conocida la existencia del magnífico frontal existente en el altar
mayor de la colegiata de Santa María, realizado en estuco veneciano, que ofrece
la singularidad de estar firmado “Ambrosius Mariesque Natione Veneciana fecit año
1688”, del cual parte toda una saga de trabajos similares que el mismo artista
y otros seguidores realizaron en diferentes lugares de Aragón. Pero el frontal
de San Miguel ha pasado desapercibido, entre otras razones porque fue destruido
y del que el único testimonio conservado es ese pequeño fragmento.
Cuando
el obispo D. Manuel Hurtado desacralizó el templo para alquilarlo como almacén
al Servicio Nacional del Trigo, las obras de arte existentes que había en su
interior fueron llevadas a la parroquia de San Bartolomé y a otros lugares que
dispuso el prelado.
Sin
embargo, pocos años después la iglesia de San Bartolomé fue demolida para
construir el actual templo. Ello provocó una de las mayores pérdidas
patrimoniales de nuestra ciudad, dado que además de destruir un edificio de
indudable interés, con su pequeña torre mudéjar, la mayor parte de su exorno
fue enajenado para afrontar el coste de las obras y otras fueron destruidas.
Ese fue el caso de la antigua pila bautismal con las armas de Borja en su
exterior o el frontal al que estamos haciendo referencia, ya deteriorado, que
terminaron desmenuzados en la hormigonera. La pieza ahora recuperada nos sirve
para recordarlo.
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